Un fin de semana en Viena, regalo maravilloso

Viena

A pesar de que os pueda parecer corto, si administramos bien nuestro tiempo, un fin de semana puede ser más que suficiente para viajar a Viena y disfrutar de ella. Y eso que hay una gran cantidad de cosas que ver. Viena es una ciudad barroca, pero también es medieval, es una ciudad de estilo Art Nouveau, capital imperial del siglo XIX. Es la ciudad del vino, de la cerveza, una ciudad de enormes y elegantes cafeterías.

El sábado por la mañana nos acercaríamos a Karlskirche (podemos llegar hasta aquí tomando el metro en la Karlsplatz). Este edificio fue realizado por Fischer von Erlack, con influencias de la Roma clásica y la arquitectura barroca. En el interior, un ascensor nos llevará a ver los frescos de la cúpula, de una belleza indudable.

No muy lejos de aquí nos acercaremos a la Karlsplatz, a los pabellones del metro creados por Otto Wagner. Uno de los pabellones es hoy un café y otro un museo. Su estilo mezcla influencias del art nouvea y el estilo zen japonés, con un delicioso adorno floral. Un poco más adelante se halla el edificio de la Secesión, un zigurat decorado con una cúpula dorada.

La próxima visita nos llevará a Graben, para conocer la Iglesia de San Pedro, otro ejemplo del barroco en Viena. Permanece abierta todo el día y podremos apreciar sus columnas, y un interior bellísimo. En esta zona nos adentraremos por las callejuelas medievales de San Stephens, llegando hasta la Griechenbeisl Flieschmarkt, donde tomaremos un almuerzo tradicional vienés en uno de los edificios medievales de la ciudad, que incluye aún una antigua torre de la muralla. No os perdáis la Iglesia Ortodoxa que hay junto a él.

El sábado por la tarde lo podemos pasar visitando la catedral. La fachada en realidad no nos da una idea de las riquezas que podemos contemplar en su interior. El altar mayor, de estilo gótico, acoge las estatuas de los doctores de la iglesia, y es famoso por el autorretrato del artista Anton Pigram. A la izquierda visitaremos el órgano, un maravilloso conjunto.

Ópera de Viena

Para más tarde dejaremos el café, el habitual y típico Sachertorte. Para ello tenemos dos opciones. Una versión auténtica la tendremos en la Kaerntnerstrasse, en la cafetería del Hotel Sacher, abierta diariamente de 08.00 a 00.00 horas. La segunda opción, la que más os recomendamos, probad con Demel, en la Michaelerplatz, abierto todos los días de 10.00 a 19.00 horas.

El sábado por la noche lo pasaremos indiscutiblemente en la ópera. Debéis reservar vuestra entrada con al menos un mes de antelación. Si no es así, llegad temprano a las taquillas para el espectáculo de esa noche.

El domingo por la mañana os recomendamos vivir la experiencia musical de una visita a la Hofkapelle y asistir al concierto de los niños cantores de Viena. Una vez más, hay que reservar, si se puede, las entradas con antelación, o hacer cola en la taquilla desde las 08.30 horas. Después, nos daremos un paseo por el Hofburg, que nos mostrará las maravillas del Palacio Imperial.

Para almorzar el domingo, nos aventuraremos al norte del Danubio, hasta Bisamberg, Strebersdorf o Stammersdorf. Son las llamadas comúnmente heuriger, que anuncian con un manojo de ramitas de pino si el establecimiento está abierto. Aquí podremos probar el vino local, la sidra, y una buena comida.

Por último, la tarde del domingo la dedicaremos para montarnos en la noria del Prater para obtener las mejores vistas de Viena. Este es un lugar turístico muy interesante, exhuberante, un antídoto para escapar de la ciudad imperial que hemos visto. Es tiempo para descansar, para visitar una cervecería al aire libre y tomar la última bocanada de una ciudad, Viena, que nos maravillará.

A que esperas para buscar hoteles en Viena y hacer una escapada de fin de semana!

Foto 1: Fuente Austria Trips

Foto 2: Fuente Tripadvisor