Olvidaros de los habituales centros comerciales de lujo y de los bares. Vamos a parar cuatro días en Manila, la capital de Filipinas, y no sólo nos vamos a ir de compras o salir de copas. Para todos aquellos que busquéis aventura y cultura, Manila es un destino de ensueño. Aquí tenéis una propuesta de itinerario de cuatro días.
– Día 1
Comenzaremos nuestra visita en la zona de Intramuros, la ciudad amurallada. Fue construida durante el régimen español en 1571, y estaba habitada sólamente por los españoles de élite y los filipinos de origen caucásico. Se puede dsfrutar de sus calles empedradas, la arquitectura española y, en ciertas épocas del año, sus ferias comerciales y exposiciones. También vale la pena visitar en Intramuros dos de las iglesias más antiguas de Manila, la Catedral y la Iglesia de San Agustín, además de Fort Santiago, la sede del antiguo gobierno español.
Después de una dosis de historia, nada mejor que pasar la tarde paseando por Baywalk, una larga franja por la Roxas Boulevard. Desde aquí se puede ver el mar, la famosa Bahía de Manila y las puestas de sol. También se pueden visitar las calles laterales de Roxas Boulevard, para ver el lado artístico de Manila, Malate. Aquí encontraréis muchos cafés, restaurantes y bares. El Círculo de los Remedios es el lugar favorito de los turistas. El Café Adriático es famoso por su cocina filipina y española, y el Café la Habana es un magnífico lugar para ir a tomar algo y bailar.
– Día 2
Este día los aprovecharemos para visitar Quiapo, Chinatown y Divisoria. La mayoría de las guías de viajes piden que se tenga mucha precaución antes de adentrarnos en estas zonas, aunque tampoco es tan peligroso como las pintan. En el centro de Quiapo se halla la conocida Iglesia, no religiosa sino donde se llevan a cabo todos los altos negocios de la ciudad. Fuera de la Iglesia encontraréis multitud de vendedores ambulantes, sobre todo curanderos y brujos.
También hay numerosas tiendas de artesanía bajo el puente de Quiapo. Son lugares ideales para comprar objetos de recuerdo, ya que la mayoría de los vendedores os ofrecerán descuentos, siempre que dominéis el arte de la negociación y el regateo.
La próxima visita del día es Chinatown. Aquí encontraréis un sinfín de tiendas de oro y joyería, cristales y piedras semi-preciosas, adornos y manjares chinos. Una visita a algún templo chino también resulta fundamental. Y por último nos acercaríamos a Divisoria, un paraíso de las compras y los diseñadores de moda, a unos precios mucho más baratos que cualquier centro comercial.
– Día 3
La Universidad de Filipinas en Diliman es un paraíso. Cubre un área aproximada de 490 hectáreas, donde uno se puede prácticamente hasta perder. Dispone de amplios espacios abiertos, jardines de todo tipo, piscina olímpica, pistas de tenis y baloncesto, gimnasios, bibliotecas, museos, oficinas de correos, cine y un teatro universitario.
Después de un paseo por la Universidad, nos acercamos a Tomas Morato-Timog. En este área hay un centenar de restaurantes, cafés, bares, hoteles y tiendas. La gente prefiere cenar aquí que en otros lugares porque sus restaurantes son muy acogedores y tranquilos.
– Día 4
Nos vamos a Tagaytay, que aunque ya no forma parte de Manila, debe ser una visita interesante, con su volcán Taal. Se halla a una hora y media de Makati y es el rincón preferido por los filipinos para pasar un fin de semana relajado. Hay interesantes alojamientos con spa. A lo largo de la Tagaytay Ridge hay numerosos restaurante con vistas al lago. Se puede hacer trekking hasta el cráter del volcán.
Por lo general, una semana es el tiempo ideal para recorrer Manila. Este itinerario de cuatro días está recomendado para aquellos que tengáis el tiempo más limitado.
Foto 1: Vía Flickr
Foto 2: Vía Flickr