A la hora de hablar de una ciudad como Sidney seguro que muchos de vosotros conoceréis su puerto y el edificio de la Opera House, símbolos de la ciudad y que se pueden ver perfectamente desde el agua. No podía ser menos en una de las ciudades más bonitas del mundo. Por tanto, lo mejor para conocerla es reservar ya nuestros vuelos a Sidney y encontrarnos con ella.
En realidad si os fijáis, Sidney está dividida entre la costa norte y la costa sur. Ambas orillas están unidas por Harbour Bridge y por un túnel. Todo el paseo marítimo se conoce como Circular Quay, y es una de las zonas más animadas de la ciudad. Está lleno de pequeños yates, cruceros y embarcaciones de todo tipo. Además, desde aquí tendremos las mejores vistas de Sidney.
La cresta rocosa que hay justo bajo el puente es lo que se conoce como The Rocks. Este es el centro histórico de la ciudad, ya que aquí fue donde el Capitán Arthur Philip estableció el primer asentamiento europeo en Australia, allá por 1788, la colonia de Nueva Gales del Sur. Gracias a las restauraciones de la década de los 70, hoy es un lugar de destino turístico en la ciudad.
Desde aquí podéis pasear por Harbour Bridge, y contemplar unas vistas increíbles. Una de las atracciones que veréis será la Ópera House, diseñada por el arquitecto danés Jorn Utzon, quien tardó unos 16 años en construirla.La Ópera House se halla en Bennelong Point, y es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Si os siguen maravillando las vistas, nada mejor que tomar un barco desde el puerto y visitar Darling Harbour, el Museo de Arte Contemporáneo, para llegar luego al Jardín Botánico Real y a Sculpture Walk. Y ya que estáis por aquí, no os perdáis Bondi Beach, la playa más famosa de toda Australia.
Está claro que Sidney es mucho más, y que para ver la ciudad necesitaríais como mínimo un fin de semana. Sin embargo, con estas visitas ya tendréis una maravillosa idea de lo que es la ciudad.
Foto Vía Davide Ludovisi