París, la eterna ‘ciudad de la luz‘ es uno de los destinos turísticos por excelencia desde hace décadas. Millones de personas visitan esta urbe todos los años y, sin embargo, no por ello ha perdido un ápice de su atractivo. La existencia desde hace unos años de multitud de vuelos baratos a París nos da la posibilidad de visitarla con mayor asiduidad si cabe y, además, de una forma muy económica.
Sus atractivos más tradicionales son de sobras conocidos: la Torre Eiffel, los Campos Elíseos, Montmartre, el Sacre Coeur… Son muchos los rincones de la capital francesa que, incluso sin haberla visitado, nos resultan familiares por sus apariciones en el cine, en libros, revistas o Internet. De todas maneras, en cualquier visita que realicemos, por corta que sea, siempre tendremos la oportunidad de descubrir nuevas facetas, nuevos rincones de esta gran metrópoli europea.
Paseando por sus barrios más característicos encontraremos desde la ultimísima moda de alta costura hasta curiosas tiendas de antigüedades, acogedores cafés y cocinas de cualquier rincón del mundo. Si disponemos de tiempo entre visita y visita a los monumentos más típicos, podemos darnos el gusto de descubrir la personalidad de sus barrios, talleres de artesanos y artistas e incluso establecimientos de alimentación verdaderamente insólitos.
También los amantes de la arquitectura encontrarán en París una auténtico paraíso. Las formas góticas de la Catedral de Notre Dame, el encanto neoclásico de los edificios de los bulevares parisinos y el Museo del Louvre -contenedor también de las más valiosas obras de arte-, las innumerables muestras de Art Nouveau, la mole hi-tech del Centro Georges Pompidou o los volúmenes majestuosos y contemporáneos de la Défense, ya son suficiente motivo para pasar aquí unos días.
Si a eso añadimos la infinidad de atractivos culturales de la ciudad, sus museos, galerías de arte, restaurantes de fama mundial y teatros de todos los estilos, no podemos por menos que preguntarnos ¿por qué todavía no he visitado París?
Foto: kla4067