Buják, en el Cserhat Hills, en Hungría, tiene de todo: pintorescas ruinas de castillos, un festival folclórico en junio y un montón de paseos encantadores por sus bosques. Este lugar queda lejos de las zonas turísticas de Budapest, por ejemplo, por lo que está recomendado especialmente para los turistas aventureros. Paisajes intactos, pequeños pueblos escondidos en los valles, un pasado turbulento y fiestas inolvidables.
Los pueblos de la zona vivieron un pasado turbulento. En su momento estuvieron en la vanguardia de la historia, valientes y decididos para impedir la invasión de los pueblos enemigos que querían hacerse con el control de las rutas comerciales. Hoy en día se enfrentan a la dura prueba de mantener viva sus tradiciones, la artesanía y el folclore.
Uno de estos lugares es Buják, escondido en las colinas de Cserhát, al noreste de Budapest. Está rodeado de bosques y colinas, cargado de historias y leyendas. Esta ciudad, que data de la Edad del Bronce, hace cientos de años fue un importante paso comercial, que unía Viena con el norte a través de una serie de castillos, entre los que se incluían los de Buják, Bokor, Holloko y Szécsèny.
Justo a las afueras de la ciudad, en una tranquila colina densamente boscosa, estan las ruinas del Castillo de Bujàk, realmente poco conocido y visitado. Se menciona por primera vez en unos documentos que datan de 1241. Después de una breve subida a través de un camino forestal, con brillantes flores silvestres, los turistas llegan a la cima y pueden conteplas las pintorescas ruinas. Una ventaja añadida son las vistas panorámicas que se pueden contemplar de los alrededores.
Desde el castillo tendremos a vista de pájaro Honvedudulo, un centro turístico para hospedarse el fin de semana. Se trata de un complejo de piedra y madera, con un bonito restaurante, en el que hay una exposición permanente con fotografías del pasado y el presente de Bujàk.
Este lugar es maravilloso de recorrer por sus rutas senderísticas. Rutas del castillo, o bien a la ciudad o a la Torre de Sasberc. Valles ocultos, cabañas de fin de semana sacadas directamente de un cuento de hadas, arroyos, paisajes pintorescos y el sonido de las aves de cuco durante el verano. Liebres, conejos, venados, ardillas y muflones nos acompañarán por el camino. También hay aves, incluidos los halcones, así como flores silvestres y setas.
Si estáis pensando hacer alguna de estas rutas, los mejor es dirigirse a la Oficina de Turismo de Bujàk, donde os ofrecerán un mapa de la zona. Os recomendamos usar zapatos adecuados, camisas de manga larga y pantalones largos o vaqueros, para protegernos brazos y piernas de las ortigas y algunos insectos.
La mejor época para visitar Bujàk es la primera semana de junio, ya que el primer domingo de este mes se celebra el Festival de Folclore. La ciudad acoge a numerosos grupos folclóricos, lo que hace que la explosión de color, vestuario y sonido sea radiante. Los amantes de la fotografía tendrán en Bujàkl y su folclore un motivo más de alegría. Y es que, cualquier punto perdido de Europa, puede ser un lugar de ensueño.
Foto: Atw