Pese a ser una ciudad relativamente pequeña, gracias a su gran interés cultural y turístico, podemos encontrar una buena variedad de Hoteles con encanto en Toledo. Declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1986, la capital de Castilla-La Mancha posee atractivos de primer orden que la hacen ser conocida como una ‘Segunda Roma’.
En ella han dejado huella las tres culturas de las tres grandes religiones monoteístas (la hebrea, la musulmana y la cristiana), con un patrimonio arquitectónico prácticamente inigualable que hacen de la ciudad un auténtico museo al aire libre, en que destacan monumentos como el Alcázar, la Catedral Primada, el Monasterio de San Juan de los Reyes, la Mezquita Cristo de la Luz, los puentes de San Martín y de Alcántara, los hospitales de Santa Cruz y Tavera, la Puerta de Bisagra o la Iglesia de Santo Tomé, que acoge la famosa obra del Greco, ‘El entierro del Señor de Orgaz’.
Sin embargo, además de sus estrechas callejuelas e infinidad de rincones de indudable encanto, en Toledo abunda todo tipo de monumentos religiosos, como el Palacio Arzobispal, iglesias, ermitas, conventos, mezquitas y sinagogas; civiles, como el Ayuntamiento, la Alhóndiga, los palacios de Lorenzana y Fuensalida o la Posada de la Hermandad; y militares, como las puertas y murallas de Alarcones, de Alcántara, de de Bab-al-Mardum, de Alfonso VI o Bisagra antigua, las torres de San Cipriano y San Cristóbal, el Torreón del Baño de la Cava y el Castillo de San Servando, además de restos del circo, el acueducto, las termas y otras construcciones de época romana.
En cualquier caso, en una breve ruta por la ciudad, hallaremos infinidad de lugares que no suelen aparecer en las guías turísticas, patios, callejones, miradores y plazas, desde los que podremos gozar de perspectivas insólitas, tanto de la ciudad como del espléndido paisaje que la rodea, protagonizado, naturalmente, por el río Tajo.
Foto: Francisco Javier Martín