Su castillo, su catedral y su Avenida Royal Mile son algunos de los principales atractivos que tiene la ciudad de Edimburgo. No obstante, cualquier turista que decida visitar la capital escocesa es interesante que tenga en cuenta que además no puede marcharse sin antes realizar un recorrido por sus cementerios.
Y es que en estos camposantos se pueden admirar singulares monumentos que se han convertido también en reclamos turísticos. En concreto, estos son los cementerios más importantes de la urbe:
Canongate. Uno de los espacios sagrados más relevantes es este y es que en él se encuentran los restos de algunos personajes ilustres de la historia del país o del mundo. Entre los mismos podríamos subrayar, por ejemplo, la tumba del economista y filósofo Adam Smith.
Greyfriars Kirkyard. Precisamente el hecho de ser el lugar donde descansan ilustres figuras es también el que ha convertido a este cementerio en el más importante de Edimburgo. Pero no sólo eso. Quien lo visite podrá descubrir la tumba del famoso perro Bobby, que durante catorce años permaneció junto a los restos de su amo. Y todo ello sin olvidar que hay que tener cuidado al visitar este lugar pues se cuenta que el fantasma de George Mackenzie, un abogado conocido como “el sanguinario”, se dedica a molestar a los turistas.
Old Calton. En el año 1718 fue cuando abrió sus puertas este camposanto que es conocido por tres obras de arte que conserva en su interior: un obelisco en honor de aquellos hombres y mujeres que murieron por defender sus ideas; la tumba del filósofo David Hume y la escultura de Abraham Lincoln. Una obra esta con la que se rinde honores a los soldados escoceses que murieron durante el desarrollo de la Guerra Civil Americana.