Dentro del patrimonio arquitectónico y artístico de la ciudad de Bilbao existen algunos monumentos que adquieren especial protagonismo o simbolismo para la propia urbe. Este sería el caso, por ejemplo, de la Basílica de Nuestra Señora de Begoña que es el templo donde se encuentra la Patrona de Vizcaya, de ahí que reciba el nombre de la misma.
En el siglo XVI, concretamente en su primera mitad, fue cuando se procedió a iniciar las obras de construcción de esta edificación religiosa que se enmarca dentro del estilo gótico y que está catalogada como Bien de Interés Cultural.
Algunos de los maestros más importantes de aquel momento fueron los que se encargaron de poner en pie la misma tales como Martín de Garita o Sancho Martínez de Asego. De ahí que en ella puedan admirarse, a través de diversos elementos y espacios, el buen hacer de aquellos. Así, hay que prestar especial atención a su portada donde queda patente el estilo manierista gracias a su arco, los emblemas de los antiguos gremios de la ciudad o el altar de la propia Virgen.
Por todos estos motivos merece la pena dedicar un tiempo para poder visitar la Basílica de Nuestra Señora de Begoña que además a lo largo de los siglos ha sido escenario de trágicos e importantes acontecimientos históricos. De esta manera, por ejemplo, cabe destacar el hecho de que durante algunas guerras fue transformada en fortaleza o de que frente a ella, y al salir la gente del citado templo, se lanzó una bomba el 16 de agosto de 1942.
Como los Sucesos de Begoña se conoce a este terrible acontecimiento que trajo consigo que varias personas fueran heridas y que se “solucionó” fusilando a un falangista como presunto autor de los hechos.