Si nos encontramos en el País Vasco, una de las ciudades más apasionadas y con más cultura es Bilbao. Haremos parada obligada a esta urbe que se transforma al paso del tiempo y que se erige como una de las más vistas del norte de España.
En nuestras escapadas de fin de semana, es perfecta para estas dos o tres días, puesto que no es de grandes dimensiones y podemos recorrerla perfectamente. El casco antiguo de Bilbao nos llama la atención por sus edificios y monumentos de gran valor.
Es todo un barrio gótico que desprende un pasado histórico muy bello. Está repleta de calles, plazas y tiendas de artesanía. Algunas instituciones se implantan aquí, y además los restaurantes de siempre se confunden con los más modernos. La cocina vasca y, en particular, la bilbaína, nos deja platos realmente exquisitos.
En estas callejuelas nos sólamente nos encontramos con tascas donde probar excelentes pintxos, sino restaurantes con solera con menús donde probar pescados como la merluza a la vasca o el bacalao y carnes sabrosas regadas con queso Idiazábal, típico de tierras vascas, entre muchos otros.
Tras estos bocados, toca un poco de cultura y la ciudad nos regala galerías de arte y museos de lo más variopintos. Entre éstos, cabe destacar el Guggenheim, un edificio de máxima importancia que ha dado un nuevo aspecto a la ciudad y le ha dado una imagen mucho más turística.
Es destacado por sus obras propias y también por sus exposiciones temporales que se van renovando asiduamente y que nos ofrecen nuevas visiones del arte más moderno en diversas disciplinas.
Bilbao también es famosa por su río y, claro está, por sus puentes que nos la hacen atravesar. Son muy característicos, especialmente los de Calatrava, inconfundibles porn su diseño en blanco y formas cónicas.
Foto: Metro Centric