Goult, el secreto mejor guardado de la Provenza francesa

 Goult

A unos 40 minutos de Aviñón, y en dirección hasta Apt, nos encontramos con la ciudad de Goult, en la Provenza francesa. Realmente resulta casi vergonzante que un lugar como éste apenas aparezca en las guías de viajes, sobre todo porque es una auténtica joya. Y es que no podremos dejar de estar impresionados con los colores miel de sus edificios del siglo XIII y las torres de vigilancia que se levantan al cuidado de la ciudad. Pero en Goult hay incluso más, mucho más…

En la parte baja de Goult se halla una gran zona arbolada, que corresponde a la Plaza de la Liberación. Es interesante visitar esta zona los lunes de mercado, con el telón de fondo de la Iglesia de San Sebastián, construida en estilo románico del siglo XII. Destaca por su techo abovedado y gótico, un lugar muy importante para las celebraciones religiosas más importantes de la ciudad. En el centro de la plaza se alza un monumento conmemorativo a los hijos de Goult que murieron durante la Primera y la Segunda Guerra Mundial.

Después de salir de la Plaza de la Liberación, las callejuelas se vuelven estrechas y empinadas. Las casas antiguas de color miel y ocre parecen saludar nuestro paseo. La Rue du Jeu de Paume nos conduce hasta la cima del pueblo. Durante nuestro camino veremos muchísimos restos de las fortificaciones de Goult. Los edificios parecen brotar literalmente de las rocas, sobre todo las que comienzan a verse desde la Porte d l’Ourme, antigua puerta de entrada a la ciudad.

Por encima de las murallas y coronando todo el pueblo de Goult se halla el Molino de Jerusalén. Los molinos de viento se mencionaron por primera vez en la Provenza allá por el 1180, y éste se remonta a 1750. En 19467 fue recuperado de su estado ruinoso y hoy en día acoge un Centro de Educación para la Astronomía. Su privilegiada posición nos hará tener una maravillosa panorámica del valle del río Calavon, así como de los pueblos vecinos de Bonnieux, Lacoste y Oppède, y el Mont Ventoux, quien domina el horizonte.

A diez minutos a pie del molino de viento se encuentra el Conservatoire des Terrasses, o cultivos en terrazas. Restauradas en 1988, estas terrazas con muros de piedras, de unas cinco hectáreas, mezcla elementos tradicionales de esta parte de la Provenza: agua, suelo y piedra. Es un lugar maravilloso para pasar las tardes de verano, entre el frescor de los olivos y los almendros.

Hay mucho que ver en Goult además que dar un pequeño paseo por él. Lo mejor es que lo conozcáis de primera mano, y podáis descubrir uno de los grandes secretos de la Provenza francesa.

Foto: Vía SOS Free