Deberíais conocer la historia colonial de Sudamérica para sumergiros en el centro histórico de Bogotá. El Barrio de la Candelaria lo podríamos ver en cualquier ciudad española, y no desentonaría en absoluto. ¿A quién no se le hace familiar este laberinto de callejuelas empedradas, recoletas, con pequeñas plazitas llenas de encanto?.
Bogotá se extiende a los pies del Cerro de Monserrate. Allí vive la ciudad, y pasean sus gentes, lugareños y turistas que se confunden en uno solo. Calles y plazas animadas, bulliciosas, con el colorido de una ciudad que se torna especial a medida que la descubrimos. Si reserváis vuestros vuelos Bogotá, la Candelaria es visita imprescindible.
Podéis pasear por la Plaza Bolívar, corazón de este barrio, donde los turistas no dejan de echar fotos a la Catedral de Bogotá y el Capitolio Nacional. Los lugareños se sientan a descansar en sus bancos. Pequeños mercadillos se encaraman casi al unísono de las calles.
Porque desde la Plaza Bolívar emergen un enjambre de callejuelas que convierten a la Candelaria en un efusivo abrazo colonial. Casas nobiliarias, museos, pequeñas iglesias y conventos, y un reguero de casitas de colores, bares de copas y restaurantes que son un placer para pasar las noches del fin de semana.
No dejéis de visitar lugares como el Museo del Oro o el Museo Botero, la Casa de la Moneda, que hoy alberga el Museo de Numismática, o el Palacio de San Carlos, casa presidencial de Simón Bolívar.
En el Barrio de la Candelaria uno no se aburre nunca. Los fines de semana la algarabía crece mucho más, con la presencia de artistas callejeros, músicos, pequeñas charangas y mercadillos en donde poder comprar lo mejor de la gastronomía y artesanía local.
La vida colonial y bohemia de Bogotá tiene un sabor dulce, sugerente. Aquí tenían lugar las antiguas tertulias de políticos y literatos. Barrio cultural, con el Teatro Colón, barrio que dio origen a la Bogotá moderna que podemos ver tras de sus callejuelas. Barrio donde se gestaron los primeros amagos de la independencia colombiana.
Te enamoras de la Candelaria de tal manera que no terminas nunca de olvidarla. Es el corazón de Bogotá. Os daréis cuenta de ello con sólo pasear por sus calles. Merece la pena, os lo aseguro.
Foto Vía Viajes y Colombia
