Cracovia, la roma de Polonia

casco antiguo de polonia

Cracovia está considerada como una de las ciudades más hermosas del mundo, sobre todo por su casco antiguo, trazado en el siglo XIII. En el se ha escrito gran parte de la historia de la Europa del Este y es que está considerada como la “Roma Eslava” por su grandeza monumental.

Y es que Cracovia fue durante años el centro de la otra Europa, de la Europa que se extendía más allá del Sacro Imperio Germánico y se perdía en la interminable estepa rusa. Situada a la misma distancia de París, Atenas, Moscú, Estambul y Oslo, en Cracovia se convergían grandes vías comerciales y en su suelo radicaba la capital de un estado polaco-lituano. Su esplendor era y es tal que medio milenio después la ONU sigue considerando su casco antiguo como uno de los doce conjuntos arquitectónicos más bonitos del mundo.

Si miramos desde el aire, el casco antiguo de Cracovia tiene la forma de una almendra rodeada por un anillo de jardines. En la parte más ancha de la “almendra” se halla la puerta de San Florián y la fortaleza de Barbakan, que en su tiempo guardaba la entrada de la ciudad. Por el contrario, en la parte más estrecha de la “almendra”, el Wawel, fue uno de los conjuntos fortificados más impresionantes y dentro alberga el castillo Real, donde se han coronado casi todos los reyes de Polonia. La fortaleza también posee la catedral donde los reyes coronados en el castillo están enterrados.

En el centro del casco antiguo está la plaza del Mercado (Rynek Glowny), una de las más grandes de Europa. Es el punto de encuentro para los lugareños y visitantes que, antes de perderse por bares, pubs y cavas de jazz que salpican el centro de la ciudad. Y es que Cracovia es un festival, un gentío, por donde pululan miles de estudiantes de la Universidad, la más antigua de Polonia y fundada por el rey Casimiro el Grande en 1264. En su colegio mayor fueron acogidos personajes tan importantes como Copérnico y Juan Pablo II.

En la plaza podemos escuchar a Hejnal, la melodía de una trompeta que suena cada hora en una de las desiguales torres de la iglesia de Santa María. El Hejnal marca el ritmo del Cracovia desde que, tal como cuenta la leyenda, un vigía la toco para avisar de una invasión tártara.

En fin, el centro de Cracovia es uno de esos lugares en el que la Edad Media se ha quedado paralizada y en el que uno se puede perder, sin grandes problemas, y vagar por sus calles sin apenas sentir pizca de aburrimiento.