Para aquellos que, como yo, hayáis visitado y améis Edimburgo, la ciudad inglesa de York es conocida como la Edimburgo del norte. Impresionantes edificios, un centro histórico maravilloso, retorcido y sinuoso, y mil y una historias llenas de emoción y aventura. York y la capital de Escocia tienen mucho más en común de lo que se puede apreciar a simple vista, excusa más que suficiente para acercarnos a visitarla.
York es una ciudad que podemos recorrer perfectamente, Sus calles laberínticas nos mostrarán aquello que quizás no encontremos en ningún otro destino. El centro histórico está lleno de tiendas maravillosas, especializadas en la fabricación de exquisito chocolate, tal cual se realizaba en la época medieval. Hay una gran cantidad de tiendas también de artesanía y cerámica, así como joyerías, jugueterías y curiosas tiendas de títeres.
Lo mejor de todo es que York tiene algo para todos los gustos. Al ser una ciudad antigua, hay un montón de lugares de gran interés histórico, desde el castillo hasta sus iglesias góticas o el York Viking Centre. Cada noche, hay una gran variedad de rutas fantasma que nos acercarán a las leyendas e historias medievales que corren por la ciudad.
Quizás lo mejor de todo sean los propios habitantes de York. Son gente muy agradable y divertida, que siempre tienen una cara alegre para los turistas. Los bares y pubs son un buen lugar para conocer el ambiente de la ciudad, con una buena jarra de cerveza local para brindar. La cerveza del condado de Yorkshire es reconocida en el mundo entero. Una buena pinta de cerveza con la vista puesta en las antiguas murallas de la ciudad, con el sol cayendo en sus almenas, puede ser uno de los recuerdos más bonitos que nos llevemos de York.
Hay muchas razones para ir a York, por lo que, yo de vosotros, planificaba cuanto antes un viaje hasta allí. Si no sabéis por donde empezar, sólo tenéis que decirlo. Muchos de los hoteles de York os ofrecerán toda la información necesaria pare recorrerla. La Edad Media estará en vuestras manos.
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