Cuando se habla de castillos medievales, rara vez pensamos en Japón. Pero Japón pasó por un período muy largo de guerras feudales, y como resultado de ello se construyeron cientos de castillos y fortalezas. En realidad son muy distintos a los europeos, aunque su función era la misma: proteger a las personas.
Hay algunos aspectos interesantes que notaréis en la mayoría de los castillos en Japón. La mayoría de ellos tienen un santuario en la parte superior de la bodega. Y todos ellos utilizan el sigilo, digámoslo así, como herramienta de protección. Un buen ejemplo de esto es el truco de hacer creer que el castillo tiene cinco pisos, cuando en realidad tiene seis plantas. Esta planta oculta era perfecta para guardar las tropas y los materiales.
Como cualquier cultura de larga historia, se pueden visitar los castillos en sus diversas etapas, desde los que se conservan intactos, hasta los que ya hoy son sólo simples ruinas. Hay tres grandes castillos en Japón que se consideran los mejores del país. Estos son el Castillo de Himeji, el Castillo de Matsumoto y el Castillo de Kumamoto. Si vais a Japón, debéis al menos visitar alguno de estos tres.
El Castillo de Himeji es el mejor, sin ninguna duda, y se debe visitar incluso si no somos muy entusiastas de los castillos. Se encuentra encaramado en una colina, y por su espectacular aspecto de color blanco, a veces se le conoce como el Castillo de la Garza Blanca. Tiene una larga historia, y es la primera fortaleza del país, construida en 1333. La estructura que podemos ver en la actualidad data de 1618.
Este castillo incluye una serie de laberintos y puertas que dificultaban a los enemigos poder tener acceso a él. También hay varios cuentos de fantasmas que han crecido alrededor de la fortaleza. El más famoso de ellas es el que narra la historia de una niña, llamada Okiku, que fue torturada y lanzada por las almenas del castillo. Himeji está abierto al público , y los turistas pueden pasear tranquilamente por él. También se pueden hacer visitas guiadas, en inglés. Se trata de una maravillosa experiencia, a una hora en tren de Kioto.
El Castillo de Matsumoto está situado cerca de Tokio, y es un lugar perfecto para visitar. Terminó de construirse en 1504, por lo que tiene una larga historia. Se alza sobre una llanura justo al lado del agua. Es un claro ejemplo de esos castillos con engaño que os comentábamos antes, ya que parece que tiene cinco plantas, pero realmente la sexta es secreta.
El Castillo de Kumamoto tiene una notable historia. Originalmente fue construido en 1607, y en 1877 fue el lugar en el que se celebró la última revuelta samurai y la guerra civil japonesa. Gran parte de la estructura fue destruida por el fuego durante la revuelta. Pasó casi un centenar de años en ruinas, pero recientemente se le ha devuelto su belleza original y se ha abierto al público. El interior de las torres es ahora un museo, que ofrece muchos de los bellísimos ejemplos arquitectónicos de la época.
Foto 1: Flickr
Foto 2: Teach English in Asia