Tokio…. Tokyo…. El sólo hecho de pronunciar su nombre ya resulta exótico, además de serlo en la realidad. Loca metrópolis siempre despierta y llena de neones y aparatos electrónicos, cuna de antiguas tradiciones; donde en la actualidad conviven el pasado y el presente en un precario equilibrio y armonía, resultado de milenarias fusiones de culturas lejanas y la occidentalidad que todo lo invade y un entorno tecnológico que te hace sentir como Harrison Ford en Blade Runner
Unas vacaciones en Tokio son lo opuesto a unos días de descanso, urbe trepidante que nunca duerme, ofrece tantas atracciones que no descansarás, eso si, te aseguro que cuando vuelvas a tu origen ya no serás el mismo…. Si es que Tokio tiene alma de Geisha, de esas que te cantan suavemente al oído mientras amablemente sostienen tu taza de sake caliente y te extasías contemplando el reflejo de las luces en las aguas del río Sumida-gawa y disfrutas de una exótica cena.
Y como posiblemente no tendrás presupuesto para Geisha (ninguno de nosotros lo tiene), confórmate con un alucinante crucero de 40 minutos por el río entre Asakusa y el puerto de Tokio, en cualquiera o en todas sus cinco rutas… es simplemente fascinante. Podrás llegar a lugares imperdibles, como el Aquarium de Shinagawa, pasar por debajo del puente del Arco Iris, una visita al parque Kasai dedicado a la vida acuática. El Museo de las Ciencias del Mar o el Museo de los Barcos… o tal vez sólo te conformes navegando por el río mientras cruzas más de una docena de puentes llenos de vida, gente, coches y toda la loca vida que hace de Tokio una metrópolis sin par.
En Tokio conviven las tiendas abiertas las 24 horas y santuarios milenarios, siempre encontrarás algo interesante que visitar y conocer. Si te interesa el arte te darás cuenta del valor que este país otorga a sus distintas manifestaciones con lugares emblemáticos como el Teatro Nacional y la Opera City en el distrito de Shinjuku con excelentes representaciones permanentes de drama, opera y ballet, tanto en sus formas clásicas como en las enigmáticas y atractivas formas expresivas locales como el Kabuki, el Takarazuka y el Noh.
Si te interesa conocer más en profundidad la historia de Japón, encontrarás diversos museos que relatan y mantienen viva las raíces de este milenario pueblo. De todos ellos déjame que te recomiende el espectacular Museo Edo-Tokio con sus escaleras de 52 metros y sus cuatro pilares de proporciones gigantescas.
Por ningún motivo dejes de visitar los jardines de Tokio, en donde te sentirás transportado en el tiempo en un paréntesis de tranquilidad entre tanto bullicio y rodeado de un paisaje de belleza única e indescriptible, con ese toque de sensibilidad que sólo un pueblo amante de la naturaleza y con una visión cósmica simplemente exquisita puede representar.
A propósito de esto último, donde te das cuentas que la vida para el pueblo nipón es un canto permanente de celebración a la vida y valga la redundancia, es en sus festivales, donde se vincula de forma activa el pasado con el presente, la vida terrenal con la espiritualidad más profunda para convertirla en una amalgama de más de 500 celebraciones anuales en Tokio, especialmente cuado cambian las estaciones y los templos se llenan de gente que hace un alto en su frenética actividad para volcarse en una delicada expresión mística y de fervor, rodeados de un entorno colorido y sensible que hace de la experiencia algo simplemente único.
Y si de compras se trata, has llegado al lugar perfecto, Tokio es el paraíso de los que aman destrozar la tarjeta de crédito: Shinjuku, Harajuku, Shibuya, Yurakucho e Ikebukuro son áreas donde sin duda podrás poner a prueba tu solvencia al ver esas mega tiendas de lujo. Y no te pierdas un paseo por Ginza, ojala de noche, donde aparte de encontrar miles de tiendas de todo tipo, especialmente de electrónica -y a buenos precios- te deslumbrarás por la profusión de luces, neones y brillos de esta particular parte de la ciudad.
Pues eso, simplemente Tokio… Tal vez no sea un destino ni habitual ni muy económico, pero un lugar y unas vacaciones que jamás olvidarás.
Foto:Flikr