Buenos Aires, una mágica visita argentina

Obelisco en Buenos Aires

Buenos Aires me ha fascinado desde siempre. Desde el momento en el que me acerqué a ella, en la otra orilla del Río de la Plata. Ya a 45 kilómetros de la ciudad podremos ver las luces de la ciudad durante las claras noches de verano. Recuerdo la emoción de la víspera al visitar Buenos Aires, pensando que finalmente iba a poder verla.

Esa enorme metrópolis de amplias avenidas y edificios que penetran en el cielo, el tráfico que nunca se detiene, los cafés que parece que no cierran nunca y los centros comerciales a la última moda. Buenos Aires no decepciona. Hoy en día es una de las ciudades más grandes y enérgicas del mundo, con más de once millones de porteños orgullosos de pertenecer a una multitud cosmopolita.

El centro de la ciudad alberga sus hoteles internacionales, sus teatros, grandes salas de cine, casinos, centros culturales y restaurantes reconocidos internacionalmente. La famosa Avenida del 9 de Julio, la más ancha del mundo, con seis carriles en cada sentido, atraviesa la ciudad. En su intersección con la Avenida Corrientes se halla la Plaza de la República, donde veremos el Obelisco de 67 metros de altura, levantado sobre el punto exacto donde se levantó por primera vez la bandera argentina. Más que un monumento, el Obelisco es un símbolo de la ciudad y lugar de encuentro para celebrar los grandes eventos de Buenos Aires.

La Plaza de Mayo ha sido con el transcurso de los años el centro de la vida política de la ciudad. Allí fue donde Evita Perón organizó sus célebres manifestaciones en 1945, así como las manifestaciones silenciosas de las Madres de la Plaza de Mayo, clamando por sus hijos y nietos que desaparecieron en la dictadura militar.

El Barrio de la Boca

La Boca, el viejo muelle que a comienzos del siglo XX recibió a los miles de inmigrantes que llegaron de España e Italia, sigue manteniendo sus tradicionales conventillos multicolores, pobres edificios que albergan a varias familias, así como sus arrabaleras.

El histórico barrio de San Telmo, con sus cientos de tiendas de antigüedades, restaurantes, bares y clubes de tango, sus estrechas calles empedradas, su típica arquitectura colonial y sus cafés, que nos trasladan a un pasado glorioso. Se dice que pasear por San Telmo es atravesar buena parte del tiempo. Cada fin de semana, el Mercado de San Telmo es visitado por miles de personas de diferentes partes del mundo, atraídos por su excentricidad y sus calles llenas de artistas, músicos, actores y bailarines de tango.

Puerto Madero, Recoleta, el viejo Palermo y Costanera Norte son sinónimos de delicias gastronómicas. En ningún país encontraréis la variedad de carne que podéis hallar aquí. Las grandes parrillas ofrecen las clásicas costillas, o las achuras (el interior de la vaca), las salchichas y una gran variedad de componentes de la barbacoa. Cualquiera de los restaurantes de esta zona son maravillosos para probar la carne porteña.

Pero para vivir la verdadera Buenos Aires debéis vivir la noche porteña, que no comienza hasta medianoche. Discotecas, bares, restaurantes, pizzerías, cines y teatros están abiertos hasta el amanecer todos los días de la semana. Una de las atracciones más populares es aprender a bailar un tango, un fenómeno que nació a finales del siglo XIX en los conventillos de las dos principales ciudades del Río de la Plata: Buenos Aires y Montevideo.

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Foto 1: Vía Flickr

Foto 2: Vía Caminando Sin Rumbo