Nada más llegar al aeropuerto de Vancouver ya podemos hacernos una idea del maravilloso paisaje natural que nos rodea, con las montañas a un lado y el mar al otro. Esta mezlca de naturaleza y medio ambiente es lo que hace de Vancouver una ciudad diferente. Viniendo desde el aeropuerto a través de Granville Street hacia la ciudad, uno no puede dejar de notar que los árboles y setos son mucho más grandes y altos que en otros lugares.
Todo ello se deba quizás a la cantidad de lluvia que cae en Vancouver. Quizás sea uno de los pocos aspectos negativos de la ciudad, el hecho de que en invierno los días estén casi siempre grises y lloviznando. Afortunadamente, nieva muy poco. Por eso es mucho más aconsejable visitar Vancouver durante los meses de verano, llegando incluso a contar con septiembre, cuando el sol brilla con el telón de fondo de las montañas y el océano.
Stanley Park, al oeste del centro de Vancouver, es la zona más visitada de la ciudad. Un paseo alrededor de esta pequeña isla se revela como una de las mejores instantáneas de Vancouver. Aquí se halla el Acuario, así como una magnífica colección de arte indio de las zonas costeras del noroeste del Pacífico. Por supuesto, también podéis maravillaros con los grandes árboles que parecen aquí tocar el cielo.
El puente colgante de Lion’s Gate conecta Stanley Park con el norte de Vancouver, al otro lado del puerto. En esta zona se halla Grose Mountain, la estación de esquí más cercana a la ciudad y que se ha convertido en un lugar ideal durante todo el año. Durante los meses de invierno se puede tomar la telecabina hasta la Montaña Grouse para hacer senderismo o contemplar maravillosas vistas de la ciudad. El puente colgante de Capilano, que se puede cruzar a pie, es otra de las bonitas zonas naturales de los alrededores.
Uno de los aspectos más destacados de la cocina de Vancouver es el salmón, y donde mejor se prepara en la ciudad es en el Restaurante Salmon House, en West Vancouver. Está decorado con elementos de arte indio de la costa noroeste del Pacífico, y con unas maravillosas vistas nocturnas de la ciudad. Una de las mejores maneras de terminar un día de turismo.
Ya en el centro de Vancouver, el distrito de Gastown es una de las principales zonas turísticas, con sus tiendas de souvenirs. No os perdáis el reloj de vapor que suena cada hora. Vancouver tiene una de las comunidades asiáticas más grandes en América del Norte, por lo que la zona de Chinatown ofrece de las mejores comidas fuera de Asia. Y las mejores tiendas las tenéis en Yaletown y Granville Island.
Si el tiempo lo permite, es recomendable tomar la autopista y acercarnos un día hasta Whistler, una de las estaciones de esquí más grandes de Norte América. Durante la temporada de esquí en Whistler se puede hacer senderismo, montar en bici, ir de compras y de fiesta en el pueblo. Un paseo en telesilla nos permitirá tener unas maravillosas vistas de la majestuosa cadena de las Montañas Rocosas canadienses.
Vancouver es una de las grandes ciudades por ver sin lugar a dudas. Desde aquí además podéis hacer un pequeño crucero hasta Alaska o Hawai. En un día soleado, con las montañas y el mar en el horizonte, es casi imposible encontrar un mejor destino de vacaciones.
Foto 1: Vía Travel Tuition
Foto 2: BC Hotel Travel