Tener niños no significa que no podamos hacer un emocionante viaje de aventuras por el continente africano. Los recorridos pueden ir desde la costa este de África, El Cairo o el norte del África oocidental. Para los niños muy pequeños y bebés es recomendable hacer un viaje corto, con estancias cortas en uno o dos países a lo sumo. Varios países de África tienen una excelente infraestructura y están orientados hacia el turismo, como Kenia, Sudáfrica, Tanzania, Botswana y Namibia.
Un viaje corto lo podríamos iniciar por ejemplo en Kenia, con excursiones a las playas de Mombasa y a algunas reservas de caza, con un montón de cosas fascinantes por ver y hacer. Sudáfrica también tiene una gran cantidad de opciones turísticas y a menudo se la conoce como un país para todos los gustos: reservas de caza, montañas, playas y hoteles a un precio muy razonable. En estos lugares no haría falta ni tan siquiera medio de transporte propio si tenemos todo bien planificado.
Porque si viajáis con niños es cierto que hay que planificar un poco más las cosas, sobre todo si vais por vuestra propia cuenta. Ahí lo mejor es alquilar un coche, sin duda, y un coche en muy buenas condiciones, ya que las carreteras africanas no son ni mucho menos las europeas. Existen a su vez operadores turísticos que ofrecen viajes por tierra, aunque por regla general no suelen incluir niños. Así que, vuestras posibilidades estriban en alquilar un 4×4 y recorrer el continente.
Uno de estos viajes de larga distancia en 4×4 podría comenzar en Egipto, para luego atravesar Sudán, Etiopía, Kenia, Tanzania, Malawi, Zambia, Zimbabwe, Botswana, Namibia y Sudáfrica. Si lo veis demasiado, la mejor opción es Egipto, Sudán y Etiopía.
Si los niños están en edad escolar, será muy interesante visitar algún lugar de gran riqueza cultural e histórica, para así iniciar a los chicos y enseñarles que los viajes son también una experiencia muy enriquecedora. Incluso a ser posible, que contacten un poco con los niños locales, para entender cómo viven y que vean la disparidad de vida que pueden tener de un continente a otro.
Y cómo no, el contacto con los animales seguro que atraerá a los niños ya más crecidos. Lo ideal es ataviarlos a ellos con su propia cámara de fotos e incluso unos prismáticos, para que puedan tomar sus propias fotos y observen con naturalidad a los animales y las aves. Así aprenderán cómo se comportan los animales en su hábitat natural y vendrán con una experiencia muy enriquecedora.
Ya véis que no es nada difícil organizar un viaje con niños. Sólo necesitáis un poco más de paciencia, y una mayor planificación de lo que queréis hacer y a dónde exactamente tenéis pensado ir. Cuidad más los pequeños detalles, a los niños no les va mucho eso de la improvisación y las prisas. Y a disfrutar.
Foto: Vía Dreamsofafricasafaris