Las vacaciones de Semana Santa están al caer, por ello hemos de pensar a qué destino iremos este año sin rasgarnos mucho los bolsillos. En cuestión de hoteles baratos, la costa es siempre una buena opción, pues la relación calidad-precio es excelente.
La costa brava ofrece un mundo pesquero, montañoso y patrimonial que explorar. Son notables los pueblos al lado del mar, una de sus principales atracciones para el turista nacional y estranjero. Muy cerca, encontramos Girona, una ciudad bella y con encanto que alberga uno de los barrios judíos más bien conservado de toda Europa.
Una vez en las playas, los pueblos de costa ofrecen maravillas y hasta toda clase de deportes náuticos y de aventura. Así, podemos hacer submarinismo en la población de Roses, practicar kitesurf en Palamós o hacer excursiones con embarcaciones en cualquiera de los rincones de l’Empordà.
La gastronomía aquí es punto clave por la cantidad de cocineros catalanes que triunfan alrededor del mundo. En esta costa existen muchos restaurantes de referencia, como El Bulli, del maestro Ferràn Adrià, ubicado en Cala Montjoi, en Roses. Pero la cocina de la Costa Brava es mucho más porque se experimenta con los ingredientes más tradicionales del mar con una nueva cocina renovada y siempre diferente. Cabe destacar los pescados, los arroces caldosos y las carnes de la comarca.
La costa también es arte. Con un éxito imparable, el Teatro-Museo Dalí de Figueres habla y transmite la obra del controvertido artista y permite entrar en un mundo surrealista, mágico y onírico, tanto por fuera como por dentro.
Es de destacar el impresionante paisaje de las zonas costeras. Ofrecen restos romanos, como Empúries, playas cristalinas, rocas, pinos, barcos pesqueros, paseos marítimos, y una excelente oferta de ocio y compras para pasar las vacaciones más completas de nuestra vida. ¿Te vas a resistir?
Foto: kevinkrejci