Durante otoño/invierno empieza la temporada de esquí y las estaciones de la Península aportan toda clase de novedades para los amantes del deporte blanco. Entre las escapadas baratas cabe señalar las que nos llevan a los pirineos catalanes, con estaciones, montañas, cultura…
Dentro de los pirineos catalanes, que agrupan las provincias de Lleida y Girona, recomendamos conocer de cerca su rico patrimonio cultural, como son las rutas por el románico. En especial, la Vall de Boí, donde se encuentra un conjunto de iglesias nombradas Patrimonio de la Humanidad por antigüedad y buena conservación.
Algunos ejemplo son la de Sant Climent de Taüll y Santa María de Taüll, que danta del siglo X y XI por una arquitectura románica impresionante. Estos valles son óptimos para la práctica de senderismo, escalada y de algunos deportes de aventura.
Y a la hora de hablar de estaciones, las hay de gran calidad que se renuevan durante todo el año y que abren sus puertas en temporada de invierno, pero también en primavera y verano con actividades al aire libre, aptas para toda la familia.
Nombraremos Baqueira-Beret, de las más snob y glamourosas, con dos snowpark para nos amantes del snow, además de un sinfín de actividades y áreas lúdicas, donde comer y cenar tan rícamente.
Boí Taüll es toda una gran atracción. Además de ofrece diversas pistas y parques infantiles, cuenta con alojamiento y hasta spa para relajarse mientras vemos las montañas teñidas de blanco.
Las pistas de La Molina son reconocidas por sus grandes atractivos y servicios, desde practicar snow, bowling, esquí alpino, a trineos tirados por perros, una actividad que te fascinará. Y a ello le hemos de sumar la oferta gastronómica de la tierra, protagonizada por platos contundentes de montaña y mezcla de cocina catalana, como el fricandó, las setas o la botifarra con judías.
Foto: joventcec