La capital de la región de Aquitania es sin duda una de las ciudades más bellas de Francia. Famosa por encima de todo por la región vitivinícola que la rodea, probablemente una de las más conocidas del mundo, vale la pena reservar un vuelo a Burdeos para pasar un fin de semana… o unas largas vacaciones si el tiempo nos lo permite. Los atractivos de la ciudad, al margen del enoturismo, ampliamente tratado en todas las guías de viaje, rutas turísticas y paquetes de agencia, son muchos y variados, dada la larga historia de la ciudad, que la ha provisto de excepcionales monumentos.
De hecho, Burdeos cuenta con más edificios protegidos que ninguna otra ciudad gala, excepción hecha de París. El Puerto de la Luna, sin ir más lejos, está incluido en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO desde 2007, gracias a su importancia desde el punto de vista artístico y arquitectónico, y su ubicación fluvial a orillas del río Garona lo ha dotado de un atractivo único e irrepetible que simboliza los valores de la Ilustración.
Otros lugares de interés imprescindibles son, por ejemplo, la Catedral de Saint André, que data del siglo XI, aunque de su configuración románica originaria no quedan más que los muros interiores de la nave central y destaca sobre todo su característico estilo angevino de los siglos XII y XIII; el Gran Teatro, del s. XVIII es otra de las joyas de la ciudad, de estilo neoclásico; la Place Royale, también del s. XVIII es una muestra inigualable del estilo Luis XV, con un conjunto de edificios circundantes de gran valor patrimonial.
También vale la pena visitar la Plaza del Parlamento, la Basílica de Saint Michel, la Basílica de Saint Seurin y centros de conservación y divulgación del arte y la cultura como la Galería de Bellas Artes, los museos de Aquitania, de Arte Contemporáneo, de Bellas Artes, de Historia Natural o el Museo Nacional de Aduanas.
Foto: Jim Whitehead