Visitar Quito, la capital de Ecuador, es una experiencia muy interesante. Yo diría más, resulta doblemente interesante, ya que el centro histórico de la ciudad es completamente diferente tanto de día como de noche. La iluminación de cada una de sus iglesias, monumentos, plazas, calles y mucho más, todo ello tiene su particular encanto tanto si las visitáis de día como si os acercáis a ella de noche.
Nuestra primera parada será la Basílica de Quito, un edificio neogótico bendecido por el Papa Juan Pablo II en su visita a Ecuador en 1985. Aquí podemos admirar sus fantásticas ventanas con imágenes de la flora ecuatoriana y sus gárgolas con formas de animales endémicos del Ecuador y cuya hermosa iluminación le hace cambiar de tonalidad, pasando del blanco al azul, luego al rojo, al verde, y finalmente al amarillo.
Nos adentramos luego al centro histórico y colonial de Quito a través de lo que se conoce como los siete cruces, siete calles con hermosas casas con balcones y flores. Cualquiera que viera una foto del centro de Quito no pensaría que se trata de la capital de Ecuador, sino de cualquier ciudad andaluza. Estas calles no sólo son importantes por sus siete iglesias y sus siete cruces.
En la época inca esta calle de los siete cruces conectaba el templo del sol, el Panecillo, con el templo de la Luna, hoy Iglesia de San Juan. Una vez en el centro de Quito nos acercamos hasta la Plaza de la Independencia, y después de admirar sus iluminaciones, nos dirigimos al oeste de la plaza, hacia el Palacio de Carondelet, sede del presidente de Quito. Al sur se halla la catedral de Quito, al este el Palacio Municipal y al norte el Palacio del Obispo. Justo en el centro de la Plaza de la Independencia se encuentra el monumento que recuerda la independencia ecuatoriana.
De día podemos apreciar el Quito colonial, mientras que la noche ilumina y le da un color especial a sus calles y monumentos. La mayoría de ellos datan del siglo XVI, construidos en estilo barroco. En su interior hay preciosas esculturas de la llamada escuela de Quito. Los retablos están cubiertos con el tradicional pan de oro, y en algunas iglesias podemos apreciar los muros realizados con piedra extraída del volcán Pichincha, que domina la ciudad desde cualquier punto. Entre las iglesias que nos gustaría que visitárais están la Iglesia del Sagrario, antigua catedral, la Iglesia de la Compañía y la Iglesia de San Francisco.
Aún con la enorme conmoción de las calles iluminadas de Quito, podemos acercarnos al monte del Panecillo, en el centro de Quito, que divide la ciudad en norte y sur. En esta colina se encuentra la popular Virgen de Quito, con 45 metros de altura, con una gran serpiente a sus pies, el monumento que guarda y cobija la ciudad. Podemos verla desde cualquier punto de Quito. Subir a ella y ver Quito iluminado es una preciosidad.
Foto: Fuente Microbiología Ecuador