Conocido por todos es el hecho de que París es una ciudad en la que han vivido muchos artistas y en la que ellos han encontrado la inspiración necesaria para desarrollar carreras de gran éxito. Este sería el caso, por ejemplo, de pintores de la talla de Picasso, de escritores como Víctor Hugo o de cineastas como Luis Buñuel.
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Una de las paradas obligatorias será, sin lugar a dudas, Montmartre, una colina situada a más de cien metros de altura que forma parte del distrito número dieciocho. La cuna del Impresionismo se considera a este lugar donde toma absoluto protagonismo la Basílica del Sacré Coeur, creada en el siglo XII por la entonces reina de Francia.
Picasso o Modigliani fueron algunos de los artistas que durante un tiempo residieron en este rincón parisino donde además Toulosse-Lautrec o Van Gogh realizaron algunas de sus mejores obras.
El afamado Moulin Rouge, el cabaret Lapin Agile que fue frecuentado por multitud de artistas a principios del siglo XX o el cementerio de Montmartre, donde están enterrados Alejandro Dumas hijo o Francois Trufaut entre otros, son algunos de los rincones que hay que visitar en este barrio de la capital gala. Y eso, por supuesto, sin olvidar la Place du Tertre donde mientras se toma un café en una de las terrazas de la misma puede observarse a muchos pintores realizando sus nuevos cuadros.
Asimismo entre los lugares bohemios de París también hay que situar a otro de los privilegiados en este sentido: Montparnasse que en las primeras décadas del siglo XX fue el alma de la vida intelectual y cultural de la urbe. Tal es así que por sus calles y locales discurrieron grandes de la historia como Manet, Degas, Jean Cocteau, Marcel Duchamp o Samuel Beckett entre otros.