Dicen que es la ciudad de la moda, y sí claro, pero añadiríamos y del arte, y de la gastromonía más exquisita, y de los parques y jardines donde reposar… Las ciudadas italianas tienen ese encanto que mezcla sabiamente lo moderno con una vieja y poderosa historia que vemos en sus calles, con monumentos, ornamentos y elementos decorativos a cada paso que damos.
Milán no iba a ser una excepción y no defrauda a los turistas por la cantidad de monumentos que visitar. Elige fecha, reserva vuelo y date una escapada de un fin de semana a esta encantadora ciudad que no solamente se viste de marca.
Un recorrido por el casco antiguo te permite caminar a pie y visitarlo en prácticamente en un día. Las calles llevan siempre a un lugar de encuentro, el Duomo, un gran edificio de diversos estilos arquitectónicos, que realmente impacta por su amplitud y gran belleza. Recomendamos subir a pie (no son demasiados escalones), y vivir de cerca esta experiencia artística, además de contemplar las mejores vistas de la ciudad.
Al lado están las galerías Vittorio Emanuele II, el paseo más importante de la ciudad, y prácticamente de todar la región. Es bastante espectacular por su cubierta cúpula de vidrio y su diseño en forma de cruz. A los lados, hay infinidad de tiendas de diseño, pero también souvenirs al mejor precio. Y no te olvides te tomar un excelente café en alguna de sus innumerables terrazas.
El centro es una atracción constante para los amantes de la moda, pues encontramos el cuadrante de la moda, quizás las cuatro calles más exclusivas del mundo. Los diseños más extravagantes y también los más caros se unen aquí. Aunque no compres nada, porque los precios son realmente prohibitivos, merece la pena admirar sus escaparates y los trajes de auténtico desfile.
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