Ya sabemos que Ibiza es la isla de la fiesta y la marcha nocturna. Pero también esconde rincones de calma, fantásticas playas y calas, y un rico patrimonio cultural, en forma de torres, cuevas y yacimientos arqueológicos.
En los viajes a Ibiza, recomendamos descubrir estos rincones que nos llenarán el alma de bienestar, placer y cultura. Primero de todo llama la atención la arquitectura típica ibicenca, sobre todo en forma de casas, que reciben el nombre de es Casament de puro color blanco y de pequeñas dimensiones.
Si tenemos la oportunidad de entrar en alguna, lo recomendamos. Y es la mejor forma de alojarnos cuando estamos en la isla aunque sean unos pocos días.
Las torres fortificadas son patrimonio de todas las Baleares. Desde ellas, que quedan casi siempre al lado del mar, podemos ver vistas al lugar y la mar mediterráneo.
La torre más alta de la isla es la Es Savinar y podemos visitar para hacernos una idea de cómo eran las torres que servían de defensa cuando venían los barcos desde mar hacia las islas.
Igual que las torres, los yacimientos arqueológicos son notables y esconden siglos de historia. Entre los poblados de diversas épocas, destacamos el fenicio Sa Caleta, que data del siglo VII a.C., y nos deja restos importantes y pistas de cómo se articulaban las ciudades en aquella época.
En Ibiza resaltan los lugares donde practicar toda clase de deportes. Los náuticos son los que tienen más salida, pero también los de montaña y la espeleología, gracias a su cantidad de cuevas que dan al mar. Debes contratar excursiones con algunas empresas que te llevarán en barco a cuevas donde es imposible llegar por cuenta propia.
Una gran mayoría de estas cuevas suelen ser bastante antiguas y permiten recorridos únicos para adentrarnos en mundos marinos llenos de rocas.
Foto: teosaurio
