Siracusa, situada al sureste de la isla de Sicilia, tiene su centro histórico en la isla de Ortigia, que está conectada al continente a través de varios puentes. Esta ciudad ha estado habitada desde la Edad del Bronce, y fue una de las ciudades más importantes del Mediterráneo en la antigua Grecia. Fue el lugar de nacimiento, en el 287 a.C del célebre matemático Arquímedes, y donde según cuenta la leyenda, exclamó sú famoso «¡¡¡ Eureka !!!».
Orgullosa de su historia griega, la ciudad también muestra vestigios de su pasado romano. Los romanos la conquistaron en el 212 a.C, en la batalla en la que, precisamente, perdió la vida Arquímedes, cuya tumba se puede visitar. Pero no sólo de recuerdos griegos y romanos vive Siracusa, sino que también han dejado su legado normandos y aragoneses.
Tras un terremoto devastador en 1693, Siracusa fue reconstruida es estilo barroco siciliano. Hoy Ortigia conserva este barroco. Esta hermosa y sorprendente ciudad ha experimentado un renacimiento espectacular en los últimos años, restaurando gran parte de sus palacios barrocos.
La isla de Ortigia es el corazón de la ciudad de Siracusa. Es su parte más antigua y dstintiva, a pesar de su visión de excesivo barroco. La Catedral o Duomo de Ortigia ha dejado a la luz tantos hallazgos arqueológicos, que la zona evidencia que fue incluso habitada antes de la colonización griega por los pueblos Siculi. Las columnas del antiguo templo griego de Atenea se pueden ver aún hoy dentro de la catedral.
Otro de los grandes lugares de Ortigia es el Templo de Apolo, construido en el siglo VI a. C, uno de los templos griegos más antiguos al oeste de Grecia. A lo largo del paseo marítimo veréis la Fuente de Aretusa, un manantial de agua dulce a pocos pasos del Mediterráneo. La fuente tuvo una importancia legendaria para los griegos, y sigue siendo uno de los lugares más románticos del mundo.
Si alquiláis un coche, o viajáis en autobús, adentraros en el interior de Ortigia, para ver algunos de los restos griegos mejor conservados del mundo. Además de la tumba de Arquímedes, hay otras excavaciones, incluyendo un teatro griego de gran tamaño, que se sigue utilizando en los meses de verano. Cerca del teatro se hallan las antiguas canteras de oro de Siracusa.
Cómo llegar a Siracusa
A Siracusa es muy fácil de llegar en tren desde Roma. El viaje dura unas doce horas, pero los trenes suelen salir de noche de la Estación de Termini, incluyendo un viaje en ferry a través del Estrecho de Messina. Siracusa está también a una hora en coche del Aeropuerto de Catania, que tiene enlaces con Roma y Milán, así como con otras ciudades durante el verano.
Foto Vía Leandro’s World Tour