A lo largo de los siglos la isla de Patmos ha sido un destino importante de peregrinación cristiana. Tanto es así que muchos en la actualidad la conocen como la Jerusalén del Egeo. En la introducción del libro del Apocalipsis de Juan se dice que el autor fue desterrado a Patmos, donde tuvo un encuentro con Jesús que dio precisamente origen al libro. Por ello hay varios monasterios en la isla dedicados al Evangelista y la cueva en la que, según la tradición, tuvo sus visiones.
Patmos es hoy una pequeña isla griega que forma parte del archipiélago del Dodecaneso en el Mar Egeo. La más al norte de todas ellas, es un lugar magnífico para todos aquellos que vayáis a hacer un crucero por las islas griegas reservas. Los principales destinos turísticos en ella son Skala (único puerto al que llegan los cruceros y otras embarcaciones) y Hora, en cuyo punto más alto se halla el principal monumento de la isla, el Monasterio de San Juan.
Este monasterio fue construido a finales del siglo XI en una zona que domina prácticamente toda la isla. Aún se ejecutan en él algunos ritos ortodoxos griegos, los mismos que se llevaban a cabo en los orígenes del templo. De aspecto fortificado, está formado por la iglesia principal, el sarcófago de Christodoulos (fundador del monasterio), la biblioteca, el tesoro y la capilla de Theotokos que alberga una serie de frescos bizantinos de la Virgen María.
La otra visita imprescindible de la isla es la Cueva del Apocalipsis, en la que San Juan escribió el libro del mismo nombre después de que Dios le hablara a través de una grieta en la pared de la roca. Junto a la entrada de la cueva se puede ver la Capilla de Santa Ana, erigida en el siglo XI, y la Escuela de Patmos, de finales del XVIII, un seminario en el que los estudiantes aspiran a ocupar los lugares más altos de la iglesia ortodoxa.
El carácter religioso de Patmos hace que hoy en día, por poner un ejemplo, esté prohibido hacer topless en sus playas (algo que en los últimos años se ha ido suavizando bastante). Las mejores se sitúan en la costa oriental, muchas de ellas aisladas y casi desiertas, pero de aguas cristalinas y de una belleza natural impresionante. A destacar las de Agriolivado, Diakofti, Grikos y Lefkes.
Patmos es realmente una isla tranquila en relación a otras mucho más turísticas en Grecia. Su impronta religiosa hace también que la vida nocturna no sea realmente muy animada, ya que no cuenta con muchos lugares de diversión. No hay tanto desenfreno como en otras islas. Aquí la visita es más cultural que otra cosa, pero merece muchísimo la pena por sus paisajes, su historia y las tradiciones que encierra.
Foto Vía Royal Eagle