A pocos kilómetros de Kefalonia encontramos la histórica, mítica y pequeña isla de Ítaca. Solo podemos llegar a ella a través del mar, ya que no cuenta con aeropuerto, pero merece la pena por su calma y tranquilidad, sus pequeñas playas casi desiertas, sus monasterios y sus pequeños y pintorescos pueblos de pescadores. La tradición y el encanto que sumen a Ítaca en una belleza genuina son dignos de visitarse.
Si tenéis la oportunidad de encontrar cruceros baratos que os lleven hasta Ítaca, no lo dudéis. La isla aparece dividida por dos montañas. Al norte podemos disfrutar de la Bahía de Kioni, rodeada de hermosas calas y colinas con olivares, además del hermoso pueblo pesquero de Frikes, para muchos el mejor lugar de vacaciones de la isla.
Ya al sur se halla Vathi, la capital de Ítaca, situada en un precioso extremo de la bahía que duerme a sus pies. A decir verdad, la capital de Ítaca también es un pequeño pueblo pintoresco. Es un placer pasear por el paseo marítimo, especialmente al atardecer, o recorrer el centro histórico, con la plaza central, el Ayuntamiento y las distintas tabernas antiguas en las que degustar lo mejor de la cocina tradicional griega.
Otro de los grandes atractivos de Ítaca son sus playas. Por toda la isla hay numerosas bahías y pequeñas playas y calas, especialmente en los pueblos de Vathi, Kioni y Frikes. Para algunos tal vez resulten playas demasiado tranquilas, sin bullicio, de ahí que si queréis más animación hay que tomar el ferry hasta la playa de Myrtos, en Kefalonia. Una vez aquí podemos hacer una excursión hasta la Cueva de Melissani y su lago subterráneo.
Junto a los pueblos pintorescos y las playas, Ítaca es también un paraíso para los amantes del senderismo. Sus caminos buscan los mejores miradores hacia el mar Jónico, atravesando pequeñas y tradicionales aldeas griegas. En todas ellas es imprescindible pararse en alguna taberna y degustar la gastronomía local, regada con el célebre ouzo.
No hay que olvidar tampoco el carácter mítico de esta isla. La Odisea de Homero situó aquí algunos de sus principales acontecimientos. La ruta que hay que seguir es la de Arethoussa Spring, que nos lleva durante tres horas de camino a visitar la Cueva de las Ninfas, las ruinas abandonadas de la capital medieval de Paleohora y las ruinas del Castillo de Ulises. Tanto los lugares como las vistas que tenemos desde ellos son fascinantes.
Como veis, Ítaca no es una isla más. Historia, naturaleza, pueblos pintorescos, gastronomía, playas… Una isla tranquila que se presta para pasar unas vacaciones únicas en el corazón de la antigua mitología.
Foto Vía Sail Blogs