Monschau, pueblo con encanto en Alemania

Monschau
Monschau y el río Rur

Renania del Norte – Westfalia es el estado más occidental de Alemania y en él se hallan cuatro de las diez ciudades más grandes del país, entre ellas Dusseldorf, su capital, Colonia, Leverkusen o Dortmund. Un lugar que si bien no destaca por su historia, como otros puntos de Alemania, sí que alberga algunos pueblos muy bonitos y pintorescos. Este es el caso precisamente de nuestro protagonista de hoy.

Monschau está pegado a la frontera con Bélgica (apenas a dos kilómetros), enclavado en las colinas de North Eifel en el estrecho valle del río Rur. Su centro histórico es muy hermoso, dotado con un gran número de casas tradicionales de madera perfectamente conservadas y estrechas callejuelas. Un pequeño pueblo en el que dar un viaje de tres siglos atrás en el tiempo. Podéis echar un vistazo a esta selección de vuelos baratos online y disfrutar de un viaje hasta aquí.

Las casas de madera y ladrillo parecen querer seguir el curso del río que se adentra por el interior de Monschau. No hay grandes monumentos en el centro. Dejaros llevar tan solo por el encanto de los colores, los geranios de las ventanas y las casas que en la distancia parecen de chocolate y caramelo. Desde el punto de vista cultural podéis visitar el museo ubicado en el interior de la Casa Roja.

Domina el pueblo el Castillo de Monschau, que se remonta al siglo XIII. Sería dos siglos después cuando la fortaleza pasó a manos de los Duques de Julich. Hoy se conservan algunos paños de murallas y torres defensivas.

Por último os recomiendo tomar el trenecito turístico que recorre el centro histórico del pueblo durante treinta minutos. Dicen los lugareños que en ocasiones ese es, junto con el sonido del agua del río Rur, el único sonido que se oye en Monschau. Sin olvidarnos de probar las famosas galletas printen, que encontraréis en cualquier pastelería y panadería del pueblo, y la mostaza que se elabora aquí desde hace más de un siglo.

Monschau no tiene nada que ver con otras grandes ciudades industriales de Alemania. Es un pequeño rincón mágico y alejado del bullicio turístico, un pueblo de entramados de madera envuelto en una nebulosa de bosques y peñascos. Cualquier momento del año es bueno para visitarlo. Hay quien prefiere el invierno, cuando la nieve lo cubre todo y las luces de la Navidad le dan un carácter mucho más mágico. Lo cierto es que, vayáis cuando vayáis, os va a sorprender, estoy convencido de ello.

Foto Vía Tripadvisor