Cuando nombramos a Bremen, a todos se nos viene a la mente el cuento de los hermanos Grimm titulado “Los músicos de Bremen” en el que cuatro animales (burro, perro, gato y gallo) se unían para sobrevivir tomando como tabla de salvamento la música. No obstante, esta ciudad alemana es mucho más que ellos, que tienen su propia escultura en el centro histórico. También es una urbe llena de magia, de encanto y de gran belleza que merece la pena conocer poco a poco.
En concreto, quienes tengan la suerte de poder realizar una escapada a esta población germana, deben descubrir in situ los siguientes rincones:
- Ayuntamiento. Como Patrimonio de la Humanidad está catalogado este edificio civil del siglo XV que destaca fundamentalmente por dos cosas: por su espectacular fachada renacentista y porque en sus sótanos alberga una bodega con más de seis siglos de antigüedad.
- Estatua de Roland. Al igual que el anterior edificio, esta escultura también está catalogada como Patrimonio de la Humanidad. Ella es un homenaje a un personaje histórico que se ha convertido en el emblema de la libertad y la justicia. En el año 1404 se construyó en piedra aquella que es la más grande de cuantas existen en Alemania sobre este personaje, en concreto, alcanza los 5,47 metros de altura.
- Catedral de San Petri. Asimismo quien visite Bremen, no puede dejar escapar la oportunidad de descubrir esta edificación religiosa, que data del siglo XIII y que es conocida fundamentalmente por su fachada y por las criptas que conserva en su interior.
- Estación central. El transporte ferroviario es el que se desarrolla en esta construcción que se ha convertido en una de las más hermosas de la ciudad por su armoniosidad, elegancia y monumentalidad.
La Marktplazt, el Carrillon o la ribera Schlachte son también otros de los rincones más impresionantes de Bremen. ¿Te los vas a perder?