Mijas es uno de los pueblos más interesantes de Málaga, enclavado en el interior de la provincia, es uno de los lugares con mejores vistas al Mediterráneo. Si estamos cerca, podemos pensar en pasar un par de días en uno de los hoteles en Mijas disfrutando sobre una ladera de la sierra del mismo nombre. Su trazado urbano recuerda su pasado árabe y recorrer sus animadas calles de casas nos descubrirá una típica localidad andaluza muy carcada de historia y llena de rincones con increible atracción.
Por ejemplo, la plaza de toros, con su exteroir cuadrangular llama la atención. El santuario de la Virgen de la Peña, del siglo XVII o la iglesia de la Concepción, del siglo XVI son de los monumentos más interesantes de la zona, que nos recordarán la importancia de la religión en la zona. Otro de los lugares que no podemos dejar de visitar es el Auditorio y La Muralla, por donde podremos pasear con tranquilidad con una hermosa vista de la Costa del Sol como horizonte. De vez en cuando nos sorprenderá una escena curiosa, los burro-taxis, simpáticos transportes que nos invitan a recorrer el centro y los alrededores del municipio.
Si somos deportistas o nos gusta simplemente caminar más allá de cualquier paseo, en Mijas también podremos practicar el senderismo en uno de sus numerosos senderos rurales, en los cuales podremos pasar por cumbres, pinares y algo de historia como la que nos lleva hasta la ermita del Calvario o a lugares misteriosos como la antigua cantera de mármol.
Pero Mijas también se ha de vivir, y una de las mejores formas para entender y aprehender la esencia del lugar es darle importancia a las comidas. La gastronomía de Mijas es una buena síntesis de comida tradicional, y pese al calor que en verano hace son conocidas las sopas del lugar. Aquí podremos probar las mejores sopas de ajo, las cachorreñas, maimones o de tomate y, cómo no el célebre gazpachuelo. Y si no podemos irnos de un lugar sin probar el vino de la zona el dulce vino de la Denominación de Origen Málaga nos sorprenderá.
Foto Vía: Olaf Tausch