Poco se puede decir de Toledo que no se haya destacado ya en las principales guías turísticas: Ciudad Imperial, Ciudad de las Tres Culturas; son muchos los nombres con los que se puede describir la riqueza artística e histórica de esta ciudad castellano-manchega, uno de los lugares más visitados de la Península Ibérica por derecho propio. Sin embargo, vale la pena recordar de vez en cuando las bondades de un lugar para recordar a los amantes de los viajes destinos clásicos como este que, aún así, siempre ofrecen cosas nuevas que descubrir.
En primer lugar, hay que destacar que la ciudad cuenta con infraestructuras y servicios de primer nivel, y no es difícil encontrar hoteles en Toledo a buen precio. Situada a una hora escasa de la capital de España, sus comunicaciones son excelentes, tanto por carretera como por avión y ferrocarril, lo que facilita que desde cualquier punto del país y de Europa se pueda llegar aquí con facilidad y rapidez.
Toledo tiene tantos monumentos y lugares de interés que resulta difícil enumerarlos en unos pocos párrafos, algo que evidentemente ha tenido que ver con su designación como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, aunque para hacernos una idea de lo que podremos encontrar, destacaremos unos cuantos que consideramos de imprescindible visita, la mayor parte de ellos ubicados en la ciudad histórica, como evidentemente la Catedral de Santa María (s.XIII y estilo gótico), el Alcázar, la Casa y el Museo de El Greco, el Castillo de San Servando, el Monasterio de San Juan de los Reyes (s. XV), el Museo-Hospital de Santa Cruz (s. XVI).
También vale la pena visitar la iglesia (antes sinagoga) de Santa María la Blanca (s. XII), la Sinagoga del Tránsito u otros templos como las iglesias de San Román, Santiago del Arrabal o Santo Tomé, esta última en especial ya que alberga en su interior el famoso cuadro de El Greco «El entierro del Conde de Orgaz»; el Palacio de Galiana, la Mezquita de Tornerías y otros mil palacios, puentes, puertas medievales y plazas con encanto que nos harán disfrutar de un auténtico viaje por la historia.
Foto: Colin Angus Mackay