No desvelamos ningún secreto si decimos que Marruecos es un país fascinante y lleno de contrastes. Escoger alguno de sus rincones es muy fácil por la cantidad de transporte que llega, por ejemplo cada vez hay más vuelos baratos a Marrakech.
Esta ciudad despierta pasión y emociones, gracias al influjo marroquí y una arquitectura única de la que quedamos completamente fascinados. Pasear por sus calles, del casco más antiguo de Mellah es toda una experiencia. A su paso, siempre nos encontramos un guía improvisado que nos explica la historia de algunos lugares.
Es posible que luego nos lleve a una tienda donde comprar especias o bien objetos típicos del país, la verdad es que son muy numerosos y tienen algo diferente para cada dolencia. Pero Marrakech es mucho más, es cultura y para ello descubriremos una de las plazas más grandes del mundo. La Jamaa el Fna, nombrada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Y es que en la plaza, podemos pasearnos de día y beber alguno de los múltiples zumos de naranja de sus puestos, comprar frutos secos, comer en alguno de sus fantásticos restaurantes que la rodean… y por la noche es todo un espectáculo. Se llena de cantos y grupos bereberes que te hacen partícipe de sus danzas y canciones, donde te sientes protagonista. Además, hacia el atardecer la plaza se convierte en un gran restaurante al aire libre.
Hemos de tener en cuenta que es la ciudad de las compras, donde todo es posible. Visita sus zocos y llévate teteras, espejos, babuchas, alfombras, marroquinería, lámparas… a precios realmente bajos. Tendrás que regatear un poco y a veces puedes gastar tu tiempo, pero vale la pena porque siempre conseguiremos nuestra pieza por precios más rebajados de lo que te ofrecen en un primer momento. Ves con ojo y que no te timen.
Foto: chigley