La Ciudad Condal es uno de los destinos turísticos más destacados desde hace algunos años. En verano, es la ciudad más visitada de España por sus grandes atractivos. No lo pienses, y reserva tus vuelos a Barcelona en invierno y disfruta de esta magnífica ciudad.
Su paisaje es realmente encantador, del gótico más expresivo en su casco antiguo, sus edificios modernistas, los hoteles más vanguardistas y los jardines que se extienden por toda la urbe. Todo ello lo podemos ver desde altos miradores, como hoteles, montañas, terrazas y monumentos a los que aconsejamos subirse para vivir experiencias inolvidables.
La montaña de Montjuïc es realmente mágica. En lo alto y junto al Museo Nacional de Arte de Catalunya, vemos las casas y las calles más emblemáticas. Es un vista exquisita que se convierte en única por la noche, y mejor si las fuentes de Montjuïc funcionan, ofreciendo un espectáculo de luz, agua, música y color.
Subir hasta la estatua de Colón, ubicada al final de las Ramblas, es toda una experiencia. Desde aquí tenemos al frente la montaña de Montjuïc, y a los lados el barrio gótico, el del Raval y l’eixample. Lo mejor es que veremos el mar y el Port Vell a vista de pájaro. También recomendamos subir a pie las escaleras de las torres de la Sagrada Familia; Barcelona vista desde otra perspectiva.
Nos trasladamos a otra montaña. El Tibidabo ha sido desde siempre el lugar que ofrece las mejores vistas de Barcelona. Al estar en la parte más alta, tenemos una panorámica circular de la urbe, desde la cual señalar aquellos monumentos que sobresalen, como el Hotel Arts, la Torre Mapfre, la Sagrada Familia o la Torre Agbar. La montaña del Tibidao es el escenario escogido por muchas parejas para celebrar una jornada romántica, teniendo la ciudad a tus pies, ¿Qué más se puede pedir?
Foto: gramz