Praga es una de las ciudades más bellas del mundo. Así, lo certifican los millones de turistas que cada año organizan sus vacaciones para disfrutar de esta urbe que enamora a quien la visita pues cuenta con una magia especial, parece sacada de un cuento por la estructura de sus calles, la arquitectura de sus monumentos y el ambiente que impregna cada rincón.
Muchos son los lugares que hay que conocer in situ cuando se está en dicha urbe, no obstante, una de las paradas obligatorias es el conocido Distrito Hradcany pues en él, uno de los más antiguos que existen en dicha tierra, se encuentran algunas de las edificaciones más singulares.
Por eso, anímate pues podrás pasar unas vacaciones baratas en Praga llenas de encanto.
Una vez aterrices en la urbe ponte en marcha y dirígete al citado barrio. Al entrar en él lo primero que hay que hacer es trasladarse hasta el conocido y afamado Castillo, que fue erigido allá por el siglo IX.
La peculiaridad de esta fortaleza medieval es que está considerada como la más grande que existe en el mundo, así lo certifican sus espectaculares dimensiones (570 metros de largo x 170 metros de ancho). Y es que en su interior engloba a varias construcciones que cuentan con un valor incalculable tales como la Basílica de San Jorge, la Torre de la Pólvora, el Palacio Real o el Callejón del Oro y la Alquimia, un lugar este último en el que durante muchos años vivió el gran escritor judío Frank Kafka.
La Catedral, el símbolo checo por excelencia
El segundo monumento que se convierte en protagonista del Distrito Hradcany en Praga es la Catedral de San Vito. Dentro del mencionado castillo se encuentra este templo que está considerado el símbolo de la ciudad y de toda la República Checa además del mejor ejemplo del arte gótico en estas tierras.
En el siglo XIV, y más concretamente en el año 1344, fue cuando comenzaron las obras de dicha edificación donde adquieren especial relevancia la Capilla de San Wenceslao, el Altar Mayor, la Bóveda o el Panteón Real donde se encuentran enterrados personajes históricos como el rey Otakar I, Juana de Baviera, Blanca Margarita de Valois o Carlos IV de Luxemburgo.