En la región rusa de Leningrado es donde se encuentra una de las ciudades más importantes del país: San Petersburgo. Se trata de una urbe, con más de cinco millones de habitantes, que tiene la particularidad de haber sido fundada por el zar Pedro I, en el año 1703, así como de haber ejercido como sede del Imperio y como eje de la famosa Revolución Rusa.
Todo ese pasado es el que hace que hoy esta población cuente con un interés y un atractivo innegable. Por eso, quien la visite no puede marcharse sin antes conocer los principales encantos de esta ciudad, que enamora y que se encuentran fundamentalmente situados en su casco histórico que está catalogado como Patrimonio de la Humanidad:
- Fortaleza de San Pedro y San Pablo. A principios del siglo XVIII fue cuando se puso en pie esta construcción, que se encuentra conformada por espectaculares edificaciones como la Catedral y que tiene el privilegio de conservar las tumbas de todos los zares, desde el citado Pedro I, hasta Nicolás II y toda su familia.
- Museo del Hermitage. Seis edificios son los que dan forma a aquel centro cultural que tiene una de las mayores colecciones de arte de todo el mundo. Esta se encuentra conformada por más de tres millones de obras, donde destacan tanto algunas de la Antigua Grecia como pinturas de Leonardo da Vinci o Caravaggio.
- Palacio de Invierno. Una de las edificaciones más importantes dentro de la historia de San Petersburgo es esta, ya que fue la residencia de los zares rusos y además fue el lugar que se atacó durante la anteriormente mencionada revolución convirtiéndose así en un hito histórico. Su monumentalidad y su estilo rococó son dos de los elementos que más llaman la atención.
La Plaza del Palacio, la Iglesia del Salvador o la Biblioteca Nacional Rusa son otros de los monumentos que merece la pena conocer en esta ciudad.