Pese a que a estas alturas casi todo el mundo ya tiene su viaje de verano pensado, si hay alguno que todavía no lo ha decidido y quiere salir al estrangero, buscar un vuelo a San Petesburgo puede ser una buena idea.
Se trata de una de las ciudades con más monumentos de Rusia, una ciudad de esas que no la acabas nunca. Por ejemplo, podemos comenzar la visita por el Museo Hermitage, el museo más importante de San Petesburgo y seguramente de Rusia. Ocupa la ex-residencia de los zares, incluso el famoso Palacio de Invierno, por lo que si queremos comenzar entrando poco a poco a la ciudad, este puede ser un buen lugar.
Después, podemos ir a la fortaleza de Pedro y Pablo, el núcleo antiguo de San Petesburgo, lugar desde donde se expandió la ciudad. Dentro de la fortaleza encontraremos la Catedral de San Pedro y San Pablo con las tumbas de los zares, incluso los restos del último zar Nicolas II, tumbado por la Revolución Rusa el año 1917. Otra de las referencias religiosas a visitar es la Catedral de San Isaac, la más grande de la ciudad. Mide 101,5 metros de largo, pero no sólo tenemos que quedarnos con la espectacularidad del exterior. El interior es espectacular, y podemos subir a la columnata para disfrutar de herosas vistas panorámicas de la ciudad.
Otro de los monumentos imperdibles es la iglesia del Salvador sobre la Sangre Derramada, quizás el monumento religioso más turístico, se levanta en el lugar del asesinato del zar Alejandro II. Posee una hermosa decoración de mosaicos exterior e interior hecha por los mejores artistas del imperio del momento.
Por último, antes de irnos, no podemos dejar de visitar ni el Museo Ruso con su impresionante colección de arte y las residencias de los zares a las afueras de la ciudad, increible complejo de palacios y parques que ostentaban los zares.
Foto Vía: GerardM