Los monasterios de Batalha y Alcobaça son una de las excursiones más asequibles y maravillosas que podamos hacer al norte de Lisboa. Cada uno de ellos está decorado con exquisitos tallados en piedra, y cada uno encierra una maravillosa historia de amor. Y es que ambos monasterios se encuentran separados apenas por una decena de kilómetros, exactamente al norte de la ciudad medieval de Obidos.
Mosteiro de Santa María domina el pequeño pueblo de Alcobaça. Su fachada cubre todo un lado de la alargada plaza principal. El arte que guarda su interior resulta tan impresionante como el tamaño de su exterior. Grandes pilares nos conducen hasta el altar, donde tiene lugar una de las historias de amor más conocidas de Portugal. Dos tumbas de mármol a ambos lados del altar pertenecen a los reyes Pedro e Inés.
El rey portugués temía la influencia de su familia española sobre el trono de Portugal, con lo que prohibió a su hijo Don Pedro casarse con Inés de Castro. El príncipe llevó entonces en secreto su verdadero amor. El rey, al enterarse, asesinó a Inés. Cuando el príncipe Pedro subió al poder, exhumó a Inés y la enterró en Alcobaça en una tumba que construyó expresamente para ella. A su vez, diseñó la suya propia, justo al lado de su amada.
Detrás de las tumbas hay una preciosa puerta tallada, la única de estilo manuelino. Visitar tan sólo la iglesia es gratis, pero bien vale pagar una pequeña entrada para ver el claustro. En él delicadas columnas rodean un jardín con una hermosa fuente de piedra.
Antes de partir hacia el norte, en Batalha, sentaros a tomar un café en la plaza a contemplar su fachada. El monasterio de Batalha, situado sobre una colina, se construyó en acción de gracias por la victoria que dio la independencia a Portugal. Representa el apogeo del estilo manuelino, con un tallado de la piedra realmente espectacular.
Inmediatamente a la derecha de la entrada se halla la Capilla del Fundador, con las tumbas del rey Joao y la reina Filipa, rodeados de las de sus hijos, entre ellos el príncipe Enrique el Navegante. La capilla está coronada por una cúpula abovedada de piedra con medallones. La historia del rey Joao y su esposa inglesa Felipa de Lancaster, es uno de los matrimonios más duraderos, dedicados a su familia y su país.
Junto a la nave central, en el lado opuesto, se encuentra otro exquisito claustro manuelino, con pilares de piedra tallados. En la sala capitular, la tumba del Soldado Desconocido portugués descansa bajo una cúpula de diseño vanguardista. A través de un segundo claustro se llega a la puerta principal.
Portugal tiene edificios de gran belleza, y estas dos abadías resultan inexcusables de visitar si hacemos un viaje por estas tierras.
Foto 1: Fuente Micanazare
Foto 2: Fuente Barrento