El Palacio Imperial o la Catedral de San Esteban son, sin lugar a dudas, dos de los monumentos más interesantes que posee la ciudad de Viena. No obstante, no hay que olvidarse tampoco de poder admirar in situ otra de sus construcciones más simbólicas y significativas. Nos estamos refiriendo a la Torre del Danubio.
Donauturm es como también se conoce a aquella que se haya situada en el Parque del Danubio y que se puso en pie en la década de los años 60, con motivo de la celebración del Garden Show International.
252 metros de altura son los que posee la misma que se ha convertido en uno de los espacios más interesantes de la ciudad ya que en ella se pueden disfrutar de distintos atractivos:
- Vistas. Si hay un lugar desde el que se pueda gozar de unas vistas aéreas impresionantes de toda Viena es este. No obstante, tampoco olvides que puedes hacer lo propio en la cima de la Catedral.
- Gastronomía. Tomar un tentempié o conocer la riqueza de la cocina del país es algo que puede hacerse en el restaurante que se haya ubicado en la parte más elevada de la Torre del Danubio. Una de sus principales particularidades es el hecho de que aquel establecimiento es giratorio por lo que además de satisfacer el paladar se podrán admirar unas vistas impresionantes y completas de la ciudad.
- Deporte. Aunque en los alrededores de esta construcción se puede llevar a cabo la práctica de distintas disciplinas deportivas como el footing, la singularidad de la misma es que en ella también se puede hacer lo mismo. En concreto, los apasionados de los deportes extremos o de riesgo tienen la posibilidad de realizar “bungee jumping”. Ideal para descargar adrenalina es esta propuesta no apta para cardíacos.