Es la primera visita que la mayoría de los turistas hacen cada vez que llegan a Marrakech. Es un lugar memorable, único, uno de los más impresionantes de todo Marruecos. Se trata de la Plaza Djemaa el Fna, un lugar que salta y late al ritmo de la música y de la vida. Tanta actividad se aglutina en este rincón de la ciudad, que nunca tendréis tiempo para saborearlo todo.
Lo mejor es sentarnos en algunos de los bancos de la plaza, en el pequeño parque, o frente a la oficina de correos, o mejor aún, en sus terrazas tomando un café. La vista panorámica será excelente. Un mercado con encantadores de serpientes, narradores de historias, vendedores de agua y de zumo, y tal vez algún que otro acróbata haciendo juegos malabares.
Tan pronto como cae la tarde, la plaza se transforma en una especie de circo de música bereber, con platillos, tambores, y una gran algarabía alrededor de los músicos, los payasos y los cuentacuentos. Cualquier persona puede acercarse hasta aquí y disfrutar de este maravilloso ambiente. Siempre hay que tener un poco de ojo con los carteristas, que ponen sus miras en especial en los turistas occidentales.
Muchos son los que realizan las mejores fotos de Marrakech en esta plaza. Fijaros en los vendedores de hierbas y en los curanderos que venden extrañas pociones y lociones mágicas. Incluso hay muchos puestos que ofrecen aparatos de medicina ya anticuados. Algunos de ellos parecen auténticas cámaras de tortura.
Desde la plaza podéis observar al fondo el maravilloso minarete de Koutoubia, con sus casi 70 metros de altura. Se puede divisar desde cualquier lugar de la medina. Se trata de la torre más antigua de las tres que quedan de la época almohade, la Torre de Hassan en Rabat y la Giralda de Sevilla. Data de 1199, poco después precisamente de la conquista almohade de la ciudad.
En la parte superior está decorada con cerámica color turquesa y tres bolas de cobre. Cuenta la leyenda que las originales eran de oro. Sin embargo, fueron entregadas como penitencia por el ayuno del Ramadán. Junto al minarete hay unos pequeños jardines, donde os podéis sentar y admirarlos. A su lado se encuentra también el bello edificio de la Biblioteca Municipal.
Foto Vía Morocco Holidays Guide