La costa de Irlanda del Norte, región perteneciente al Reino Unido pero situado en la isla de Irlanda es seguramente una de las costas más bonitas de la zona. Podremos verla salpicada por pequeños pueblos de pescadores que se asoman hacia el Oceáno Atlántico desde vertiginosos acantilados.
Es una zona donde aún se preservan diversas tradiciones y mitologías gaélicas, lo que hace que la zona esté repleta de misteriosos mitos sobre hadas, naufragios y gigantes. La mejor manera de conocer el litoral es vía carretera, por lo que no nos vendría mal alquilar un coche. Podemos seguir la ruta turística Causeway Coastal Route, que nos llevará desde Belfast hasta Lough Folye.
Así, nada más abandonar la capital norirlandesa por el norte, podremos ver un panorama verde que se despliega a los dos lados de la autopista, lo que nos da aviso o nos anticipa la proximidad de los nueve valles que componen los Glens of Antrim. El más montañoso de los valles es Glenariff, la cual acoge el parque natural que lleva el mismo nombre y está lleno de arroyos, bosques de robles, hayas y coníferas al lado de bellas cascadas.
Cerca, en Cushendum, pequeño pueblo de pescadores, veremos comenzar la ruta panorámica de Torr Head, una estrecha y peligrosa carretera que serpentea, camina sobre los acantilados hasta llegar a la ciudad de Ballycastle.
En toda esta ruta conviene detenerse en tres lugares, a saber, en la punta rocosa de Torr Head que casi toca la cosa escocesa, la bahía de Murlough y en la aldea de Coolanlough, lugar donde podremos comenzar el sendero para llegar a Fair Head, lugar de impresionantes acantilados de basalto.
La población de Bushmills, en el interior del territorio podemos visitar la destilería legal más antigua del mundo, pues posee licencia para hacer whiskey desde 1608. Desde aquí podremos ir hacia la Calzada de los Gigantes o Giant’s Causeway en ferrocarril. Este es un lugar que posee un impresionante conjunto al borde del mar.
En fin, una ruta para regalar lo bello a la vista.
Foto Vía: Van helsing