Isla Margarita de Budapest

Isla Margarita de Budapest 2

Pero hay mucho más que ver, la ciudad encuentra en este lugar paz, descanso y cantos de pájaros, por lo que si nos encontramos agobiados por el ruido, el estrés y el cansancio que lógicamente la ciudad de Budapest nos pueda provocar, no hay nada mejor que dar un paseo por esta isla.Budapest es una especie de París del este, una ciudad donde cada poco pasos nos encontraremos con un monumento o un rincón de importancia histórica. Uno de los lugares de obligada visita, pero, no es un monumento en concreto sino la isla que sobresale en medio del Danubio, a saber, la Isla Maragarita. Si estamos en uno de los hoteles en Budapest, es un lugar que no podemos dejar de visitar.

Con sus dos kilómetros y medio de largo, esta isla es sin duda una de las grandes zonas verdes y de esparcimiento de Budapest. Se erige como zona neutra entre Buda y Pest y antiguamente era llamada como “isla de los conejos” debido a que fue un coto de caza para los aristócratas. Su nombre actual procede de la Princesa Margarita, la cual vivió en un convento de la isla allá por el siglo XIII.

Fueron los dominicanos y los franciscanos los que comenzaron a poblar de monasterios este lugar, por lo que la isla siempre fue habitada por religiosos hasta la invasión otomana del siglo XVI. Ya en el XVIII fue lugar de palacios y de recreo de los aristócratas, hasta que en 1869 se dejó la entada libre y en la actualidad se ha convertido en área de esparcimiento y deporte preferido de los habitantes de Budapest.

Ya la entrada sorprende. Nada más entrar en la isla a través del puente Margarita, nos encontraremos con una fuente musical y a pocos metros el monumento del centeanario de la ciudad, es decir, el monumento conmemorativo de la unión de Buda, Pest y Obuda, que dio paso a la actual ciudad.

Lo mejor que podemos hacer en la isla es dar un paseo tranquilamente. Esquivando deportistas, nos encontraremos con un pequeño zoo y un jardín japonés, las atracciones principles de la parte norte del terreno. También se encuentran los restos de algunas construcciones religiosas como es el caso de las ruinas de una iglesia Franciscana del siglo XIV en la parte central de la isla.

Pero hay mucho más que ver, la ciudad encuentra en este lugar paz, descanso y cantos de pájaros, por lo que si nos encontramos agobiados por el ruido, el estrés y el cansancio que lógicamente la ciudad de Budapest nos pueda provocar, no hay nada mejor que dar un paseo por esta isla.

Foto Vía:Violeta Sánchez Ramos