La otra parte de Ibiza, esa que probablemente no hayas escuchado, es la que leerás en esta segunda parte de este artículo en donde la arquitectura purista de esta isla te dejará más que encantado.
Las casas pitiusas son también un excelente motivo para lograr acercarse a una Ibiza más rural y escondida, así por debajo de las capas de cal de las bellas fachadas se esconden muros que sirvieron cientos de años atrás a los mismos lugareños en épocas de invasiones.
Estos edificios en su mayoría fueron construidos en época en el siglo XIV y algunas de las más representativas y antiguas son las de San Antoni de Portmany, en la que se colocaron cañones en su tejado para poder detener la invasión de enemigos, y también la de Nuestra Señora de Jesús, donde aún se pude observar la piedra en donde se descargaba dinamita y un interesante retablo que se ha restaurado recientemente.
Las otras que se encuentran mucho más alejadas de la costa fueron construidas en el siglo XVIII, como por ejemplo la de Sant Rafael y Sant Carles de Peralta.
Así, este paisaje de algarrobos, olivos y almendros se ve asaltado repentinamente por huertas y cultivos en bancales que hacen recordar la esencia campesina de la zona, así San Joan se encuentra totalmente dominado por la sierra de la Mala Costa, la cual cuenta con el pico de Puig des Formàs, de unos 409 metros y que es bastante agradable para hacer senderismo y por tanto no perderse un paisaje de lujo, mitad tierra y mitad con pinceladas de acantilados abruptos y calas secretas.
¿Qué más encontraras? En lo más profundo de la zona encontrarás rincones fabulosos: manantiales, flores, torrentes y la vista del halcón de Eleonor o la gaviota de Audoin.
Días de relax, gente muy agradable, paisajes encantadores, comida exquisita y 572 Km. de una Ibiza que no conocías.
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