En pleno corazón del Océano Atlántico es donde nos encontramos con el archipiélago de Madeira, un enclave de gran belleza paisajística y medioambiental que ha conseguido convertirse en los últimos años en uno de los destinos turísticos por excelencia de Portugal.
No obstante, entre todas las ciudades que le dan forma a aquel habría que destacar una por ser su capital y también por ser la más importante. Nos estamos refiriendo a Funchal.
En la primera mitad del siglo XV, y más concretamente en el año 1421, parece ser que fue cuando se fundó dicho núcleo poblacional de manos del navegante y explorador luso Joao Gonçalves Zarco. Desde entonces y especialmente en el siglo XVI, cuando pasó a ser uno de los puertos más importantes de Europa, esta urbe ha ejercido un papel fundamental dentro de Portugal.
Estas señas de identidad y también el hecho de que en ella naciera el futbolista del Real Madrid Cristiano Ronaldo han aumentado en los últimos años las visitas que los turistas realizan a Madeira y en concreto a Funchal. Un lugar donde aquellos encontrarán, por ejemplo, la oportunidad de conocer algunas de sus joyas en materia arquitectónica y artística.
En este sentido, habría que destacar la Catedral que fue realizada por el arquitecto Pero Anes entre finales del siglo XV y principios del siglo XVI. Su cruz procesional que es una de las mejores representaciones del estilo manuelino en la orfebrería es quizás el elemento más significativo de este templo, aunque también adquieren gran relevancia su ábside o la torre.
De la misma forma, tampoco hay que olvidarse el realizar una visita al Museo de Arte Sacro que cuenta con una rica colección de obras artísticas donde toman especial protagonismo los cuadros pertenecientes a la Escuela Flamenca y Portuguesa de los siglos XV y XVI. Así, se pueden admirar algunos de los trabajos más significativos de maestros de la talla de Dirk Bouts o Gérard David.
El Jardín Botánico, el Convento de Santa Clara, el puerto y el centro histórico son otros de los espacios que hay que visitar en Funchal. Merecen la pena.