Madeira y la primavera, el jardín flotante del Atlántico

Madeira

La prestigiosa revista de viajes National Geographic incluye la isla de Madeira entre los principales destinos para esta primavera del 2013. Sobre todo teniendo en cuenta que durante esta estación se lleva a cabo el Festival de las Flores, uno de los eventos más esperados por los lugareños, con las típicas alfombras en el centro de Funchal, conciertos de grupos folclóricos y tradicionales y una gran cantidad de actividades y espectáculos por toda la isla.

Por algo a Madeira se la considera la isla de la primavera sin fin. Es llegar el buen tiempo (cosa que sucede durante buena parte del año) y llenarse de turistas. Su clima es uno de los más benignos de Europa, con temperaturas que por lo general no suelen bajar de los veinte grados ni superar los treinta. Si estáis pensando ver viajes a Madeira ofertas es la primavera una buena época: buen tiempo, magnífico ambiente y sin el bullicio y el agobio turístico del verano.

Cada vez son más los cruceros que durante estas fechas hacen escala en la isla. Hasta el propio Winston Churchill quedó enamorado de este archipiélago y no podía pasar más de dos años sin visitarlo. Aquí encontraba la paz y la tranquilidad necesarias que le faltaban en la Inglaterra de mediados del siglo pasado.

Funchal, la ciudad más grande de la isla, es un hervidero de flores y colores durante la primavera. Sus calles, plazas y edificios adquieren una vida intensa y diferente. Con el Festival de las Flores la ciudad se cuelga el nombre de jardín flotante del Atlántico. Tanto es así que en los últimos años Madeira comienza a tener una gran afluencia de visitantes nada más comenzar la época primaveral.

A esto hay que añadirle la posibilidad de disfrutar de los cientos de rutas de senderismo que atraviesan la isla. Verdes paisajes bajo el brillo del sol, acantilados que se asoman al Atlántico como enormes balcones y valles y gargantas en donde aparecen pequeños núcleos rurales para descansar.

El exuberante florecer de la primavera se palpa en cualquier esquina de Madeira. La riqueza cultural de la isla abre paso a la hospitalidad, cortesía y alegría de sus gentes. Un lugar perfecto para encontrar el mejor equilibrio entre el cuerpo y la mente. El aire puro y el aroma de sus flores es el mejor bálsamo para aquellos que buscan escapar de la rutina y el estrés de cada día.

Foto Vía World For Travel