El corazón de la isla de Madeira está atravesado por un relampagueante serpenteo de montañas y naturaleza. De entre el verde y los profundos barrancos surge escalonado el pintoresco pueblo de Curral das Freiras, cuyo nombre en castellano significa Valle de las Monjas.
Resulta impresionante descubrir desde los miradores de la sierra la ubicación de este pequeño pueblo. Sus casas de tejados rojos están situadas a los pies de una profunda cuenca, rodeada de montañas. Tanto es así que, durante muchísimos años, a Curral das Freiras solo se podía llegar a pie o en burro. Afortunadamente, si tenéis reservados vuestros hoteles Madeira, hoy una carretera nos lleva hasta allí.
Curral das Freiras se sitúa a menos de veinte kilómetros al norte de Funchal, en el interior de Madeira. Un lugar perfecto y maravilloso para hacer senderismo en la isla y disfrutar del intenso color de su naturaleza. El hermoso paisaje rural de montaña y la tranquilidad de sus valles exhuberantes ha provocado que de un tiempo a esta parte hayan proliferado en sus alrededores muchos hoteles y casas rurales en los que alojarse.
Los orígenes de Curral das Freiras se sitúan en el siglo XVI, momento en el que llegaron hasta aquí las monjas del Convento de Santa Clara de Funchal huyendo del ataque de los piratas. La riqueza del suelo propició que las monjas decidieran quedarse y fundar la población, viviendo en total tranquilidad con los lugareños que se fueron asentando en el valle y las montañas.
De estas tierras se sacan muy buenas castañas, producto típico de la zona, que se usan incluso para la elaboración de tartas, licores y otros productos. No en vano, a primeros de noviembre, tiene lugar la Fiesta de la Castaña, a la que acuden principalmente muchos lugareños.
Hay que tener un poco de cuidado con la carretera que nos lleva desde Funchal hasta Curral das Freiras, ya que es la típica carretera de montaña, sinuosa y con bastantes curvas y pendientes. Subiremos hasta la montaña y, tal vez, aquellos que padezcan un poco de vértigo lo pueden pasar mal hasta llegar. Sin embargo, merece la pena descubrir este pueblo pintoresco. Las vistas y el paisaje son fascinantes.
Foto Vía Trekearth