Caminos rurales llenos de árboles, viejos castillos, valles verdes y espesas y boscosas colinas llenas de historias y leyendas. Todo esto es sólo una pequeña parte de lo que nos puede ofrecer una ruta a través del Valle de los Siete Castillos en Luxemburgo.
En realidad estamos en el Valle del Eisch, en la zona central de este pequeño país que es Luxemburgo, un valle que llega casi a la frontera con Bélgica. Su nombre popular de los Siete Castillos le viene precisamente por la existencia de siete fortalezas en su recorrido. Los castillos de Mersch, Schoenfels, Hollenfels, Septfontaines, Koerich y dos castillos en Ansembourg.
Desgraciadamente sólo dos de ellos se pueden visitar, ya que los demás aún son de propiedad privada y nada más que pueden verse en la lejanía. Los que se pueden visitar son el Castillo de Hollenfels y uno de los castillos en Ansembourg.
Sin embargo, las vistas que tendréis desde el Castillo de Hollenfels ya merecen la pena. Es impresionante el verde del valle que forma el río Eisch. Esta fortaleza data del siglo XIV y está situado en el centro de una vieja colina. Aunque no está abierto al público para visitar el interior, sí se puede estar a los pies de sus muros, en el patio exterior.
No menos impresionante resulta el Gran Castillo de Ansembourg, en especial sus jardines. La entrada es gratuita, y podéis pasar allí dentro el tiempo que queráis, descansando sentados a la sombra de algún árbol o visitando la hilera de estatuas del recinto, siguiendo lo que se denomina el paseo mitológico. No dejaréis de oir el sencillo sonido del agua en vuestra visita.
El paseo por los jardines del Gran Castillo de Ansembourg es sólo una parte de la visita a esta fortaleza, que data de mediados del siglo XVII. Hoy en día está en restauración, por lo que seguramente os llevéis una mejor impresión de los jardines.
Los otros cinco castillos están situados en un área de apenas veinticinco kilómetros, entre los pueblos de Koerich y Mersch. Se trata como os decíamos de las ruinas del Castillo de Grevenburg en Koerich, el Viejo Castillo de Asenbourg y el de Septfontaine, y los castillos de Schoenfels y Mersch, aunque ninguno de ellos está abierto al público.
Sin embargo, es de mencionar que el valle que los rodea es muy pintoresco. Serpentearéis por el bosque, que a veces se vuelve tan denso que hay que encender las luces del coche incluso de día. No preocuparos ya que en todos los pueblos hay lugares para comer, y también estamos muy cerca de Luxemburgo capital, apenas a veinte kilómetros.
Foto Vía Wolfgang Staudt