Debió ser un enorme cataclismo producto del volcán Misti el que abriese la tierra allá por Arequipa en Perú, y originase una enorme grieta donde poco a poco una delgada línea de agua empezara a oradar aún más los Andes peruanos.
Luego de miles de años, se debió formar un enorme río dando paso a un precipicio de miles de metros de profundidad y finalmente, cuando ya no hubo más fuego, empezaron a formarse valles fértiles dando paso a quebradas que despues fueron pobladas por los hombres. Hoy por hoy, esta proeza de la naturaleza se le conoce como el «Cañón del Colca» y tal vez sea una de las maravillas naturales más importantes de nuestro planeta.
Para llegar a él, necesitas primero llegar a Perú y luego tomar un vuelo hacia Arequipa, el cual no tomará más de 40 minutos, pero si en caso tienes mucho más tiempo entonces, un bus también podría llevarte a dichas tierras en aproximadamente unas 14 o 15 horas.
Una vez en Arequipa, existen muchas empresas de turismo que te pueden llevar a conocer el cañón, el cual se encuentra en el Valle del Colca y es el más profundo del mundo y también uno de los más bellos. De otro lado, ten presente que en tu visita podrás observar el vuelo del cóndor, el ave más grande del mundo volando sobre los andes peruanos.
El valle tiene una hermosura innata puesto que está repleto de andenerías que además de funcionar perfectamente (luego de 1400 años de construcción) le dan una vista inefable al espectador. Así, se puede llegar a cosechar papa, maíz, habas, quinua, entre otros productos oriundos de los andes.
De otro lado, el valle alberga unos 32 pueblos los cuales aún conservan su estructura tradicional y en lo que respecta a sus iglesias, una arquitectura mestiza y renacentista. De hecho, esto también se ve en sus habitantes, puesto que las mujeres suelen vestir hasta seis o siete faldas (también llamadas polleras) producto del sincretismo collagua, cabana y español.
Ya lo sabes, si deseas tomarte unas vacaciones y practicar algunos deportes como trekking, canotaje, escalada o cicling te recomiendo visitarlo entre marzo y octubre, llevar una muy buena cámara y tener un gran espíritu de aventura.