Al sur de Francia, y dentro de la turística Costa Azul, se encuentra una de las ciudades más interesantes del país, turísticamente hablando: Niza. Y es que ofrece a sus visitantes la oportunidad de disfrutar de un sinfín de atractivos que harán que su estancia sea realmente inolvidable.
En este caso, nos vamos a centrar en los lugares y enclaves que se convierten en imprescindibles para toda aquella persona que llega por primera vez a esta tierra:
Castillo de Bellet. En el siglo XVI parece ser que se puso en pie esta fortaleza que se encuentra en el conocido Barrio de Saint-Roman-de-Bellet. La misma se construyó por orden de la familia noble que la convirtió en su residencia, nos referimos a los Roissard de Bellet, que procedían de Saboya. Dos son los aspectos más singulares de esta edificación: que se halla enmarcada entre viñedos, con cuyos frutos se elabora el famoso vino de Bellet, y que posee una capilla neogótica de gran valor y belleza.
Palais Lascaris. En pleno centro de Niza, en el corazón histórico de la urbe gala, se encuentra este palacio del siglo XVII que fue ordenado erigirse por parte del mariscal Jean-Baptiste Lascaris-Ventimiglia. En él se puede disfrutar del Museo de Artes y Tradiciones Populares.
Iglesia de Notre-Dame de Cimiez. En la segunda mitad del siglo XV fue cuando se iniciaron las obras de construcción de este templo que tiene el privilegio de ser el más antiguo de cuantos se conservan en Niza. En su interior llaman poderosamente la atención los retablos realizados por el gran maestro Ludovico Brea.
Iglesia de Santiago el Mayor. En el siglo XVII fue, sin embargo, cuando se levantó esta edificación religiosa de estilo barroco que también es conocida por el nombre de El Gésu y que tiene como principal valedor a su campanario del siglo XVIII.