Muchos son los destinos turísticos que escogen los futuros viajeros para conocer Italia. Sin embargo, de todos ellos yo tengo mi perla escondida, diríamos que mi secreto inconfesable, ese lugar en el que dejé todas mis emociones a cambio de los mejores recuerdos. Oculta entre los tesoros de la memoria se hallará siempre Bari.
Curiosamente, como ciudad costera, Bari siempre ha servido de punto de partida de aquellos turistas que han escogido hacer un crucero por las islas griegas, o bien han querido acercarse hasta la bellísima Dubrovnik. No es de extrañar que aquí en Bari encontréis muchas ofertas de viajes.
Pero, por favor, si tenéis tiempo, echarle un vistazo a Bari, capital de la región de Puglia y bañada por el Adriático. Daros un paseo por su centro histórico, y contemplar la Basílica de San Nicola, que alberga bajo su altar las reliquias de San Nicolás, en la cripta subterránea de esta iglesia medieval.
Seguir vuestra ruta por la Catedral de San Sabino, que también contiene las reliquias del santo que le da nombre. Quizás más bello sea el icono de la Madonna Odigitria, muy venerado en la ciudad. A mí particularmente me encanta la sencillez de esta catedral románica.
Hay también en Bari una iglesia rusa para aquellos rusos que peregrinan hasta aquí para rendir culto a las reliquias de San Nicolás. Es una iglesia relativamente nueva en comparación con otras iglesias de la ciudad, ya que fue construida en el siglo XIX.
Como buena ciudad italiana, Bari no podía faltar a la escena teatral de la lírica y la ópera. Aquí se encuentra una de las casas de ópera más grandes del país, el Teatro Petruzzelli, con sus cien años de antigüedad.
Qué recuerdos se me vienen ahora a la mente de la zona de Barivecchia, el casco viejo de la ciudad, con su laberinto de estrechas callejuelas empedradas. Curiosamente antiguamente la gente tenía prohibido caminar por estas calles, pero hoy es el centro de la vida social de Bari. Allí veréis tiendas, bares, restaurantes, pubs…
La hermosa Bari, el tacón de la bota de Italia, la que nos domina desde el horizonte de su colina con el Castillo del Monte, residencia de Federico II, la que se engalana orgullosa en la iglesia ortodoxa del Corso de Gasperi, con su cúpula de color verde esmeralda. Bari es un destino que deberíais conocer. Os encantará, no me cabe duda.
Foto Vía Nicola Andriano